La medida se implementa para aumentar las utilidades financieras del centro hospitalario
“Por una Guinea Mejor”, así concluye la resolución de la Directora General del Centro Médico la Paz de Bata, Mónica Okomo Nguema, quien realizó un llamativo número de despidos disciplinarios el pasado 19 de octubre de 2019, en los cuales los afectados no percibieron la liquidación correspondiente.
Los responsables del Centro Médico La Paz, construido con los fondos públicos del Estado, despidieron a 80 empleados ecuatoguineanos, algunos de ellos médicos y enfermeros, manteniendo a los trabajadores extranjeros en sus cargos. Una situación que ha creado malestar entre los afectados, por considerarse no sólo discriminatoria, sino que además carente de responsabilidad social, puesto que el Gobierno prefiere contratar a profesionales de otras nacionalidades, quienes cobran sueldos sumamente altos en relación a lo que percibe un ciudadano de nuestro país, el que normalmente no logra satisfacer sus necesidades más elementales con lo que se le remunera por sus servicios.
El Centro Médico, dirigido por la referida hermana del Dictador y ex Directora del Hospital Regional de Bata, Mónica Okomo Nguema, pretende con este despido masivo disminuir un 30% del gasto del personal y aumentar en un 70% los ingresos del establecimiento, sin tener contemplación respecto al profundo impacto de esta medida en aquellos ex trabajadores que deben enfrentar igualmente los embates económicos de la actual pandemia. Es así, que los empleados afectados tuvieron conocimiento de los despidos el día 19 de octubre y se hizo efectivo el 17 de marzo de 2020, tras haber acudido a sus puestos de trabajo y encontrarse con esta desconcertante noticia. “Nadie puede quejarse públicamente, ella es la hermana del Presidente y puedes terminar agravando la situación en caso de insistir” – comenta un empleado del centro médico.
Los ecuatoguineanos escuchan diariamente a través de los medios oficialistas los mensajes de las autoridades en los que se apela al patriotismo, menos crítica, lealtad y más acción en estos momentos de crisis sanitaria, pero este llamado se convierte en una cruenta contradicción, cuando son estas mismas autoridades las que se encuentran destruyendo la supervivencia de muchas familias dejándolas sin sus sueldos, que además, jamás les permitieron capacidad de ahorro.
Hace unos días como se puede constatar en la lista exhibida, médicos y enfermeros ecuatoguineanos, el Viceministro de Sanidad y Bienestar Social, Mitoha Ondo’o Ayekaba festejó y anunció en su cuenta de Twitter su agradecimiento por la llegada a Guinea Ecuatorial de un equipo médico de especialistas cubanos en la lucha contra el COVID-19 para incorporarse en el sistema sanitario de nuestro país, como un hito que por sí mismo significara una reparación de los daños causados por esta operación administrativa cuyo único fin fue la maximización de utilidades, en tiempos de crisis social y financiera. Y es que, desde luego, nadie se opone a la colaboración de profesionales extranjeros en la lucha contra este virus -ellos no son los responsables de problema alguno-, pero lo que Mitoha Ondo’o Ayekaba y Mónica Okomo Nguema no tienen la capacidad de asimilar desde sus roles, es que las crisis sanitarias de esta naturaleza, exigen en su tratamiento un enfoque que apunte a proteger la estabilidad financiera de los ciudadanos, y que de muy poco contribuye el contar con individuos con experiencias profesionales específicas que quizás no existían en nuestro país, si tus decisiones están causando que un importante grupo de personas y sus respectivos grupos familiares no posean la solidez y la seguridad necesaria que les permita tomar todos aquellos recaudos pertinentes que en su conjunto y en forma organizada, concluyen en un plan eficiente para reducir y eventualmente frenar los casos de contagio.
Tras la publicación de la lista de los empleados afectados por la reducción de personal, nos comunican que, reincorporaron por afinidad en su puesto, a la médico N.º 23 de la lista, Doctora Eliana Avomo Ebosogo. Influyó en su reincorporación la intervención según las mismas fuentes, de un alto miembro de la Misión Permanente de Guinea Ecuatorial en las Naciones Unidas, una suerte que no pudieron disfrutar los demás.