Negocios paralelos: cómo los altos cargos del CNIAPGE se enriquecen a costa del erario público

Negocios paralelos: cómo los altos cargos del CNIAPGE se enriquecen a costa del erario público

En marzo de 2013, el Gobierno de Guinea Ecuatorial creó el Centro Nacional para la Informatización de la Administración Pública de Guinea Ecuatorial (CNIAPGE), con la promesa de implementar un «gobierno electrónico» y modernizar el sector público. Sin embargo, esta iniciativa ha fracasado estrepitosamente. En lugar de cumplir con sus objetivos, ha sido utilizada no solo como un lucrativo negocio privado que no genera beneficios al estado, sino también como un trampolín para los hijos y allegados de la élite gobernante a los que hay que mantener. A pesar de recibir cientos de millones de dólares del presupuesto general del Estado, el CNIAPGE no ha avanzado ni un 60% en la informatización de la administración pública. Desde 2019, según fuentes confirmadas, el proyecto está estancado por falta de inversión y de financiación regular para los mantenimientos.

Guinea Ecuatorial se distingue por ser uno de los pocos países en los que los cargos en las empresas públicas son vitalicios y reservados exclusivamente para personas vinculadas directa o indirectamente al dictador como Oscar Ondo Ngomo Nchama en GITGE que lleva más de 10 años en el cargo. Desde su creación, el CNIAPGE solo ha tenido dos directores generales en una década, lo que pone de manifiesto la falta de rotación y la total falta de transparencia en su gestión. El primer director fue Norberto Bartolomé Monsuy, actual Ministro de Aviación Civil y miembro de la cúpula de Teodoro Nguema Obiang Mangue, quien ocupó el cargo hasta principios de 2019. 

En 2019, Bartolomé Monsuy fue reemplazado por Melanio Ebendeng Oyana, conocido como «Machi», hijo de Melanio Ebendeng Nsomo, otro de los pilares más poderosos y antiguos del régimen. La relación personal entre Ebendeng Nsomo y Obiang Nguema, quienes fueron compañeros en la Academia General Militar de Zaragoza entre 1963 y 1965, evidencia la red de nepotismo que perpetúa el poder en el país.

Melanio Ebendeng Nsomo fue una pieza clave durante el gobierno de Francisco Macías Nguema y, en 1986, Obiang lo nombró Jefe de Estado Mayor, cargo desde el cual presidió el Tribunal Militar que condenó a muchos guineanos por un presunto intento de golpe de Estado. Su cercanía con Obiang le permitió acumular poder, ocupando luego el cargo de Ministro de Defensa. Esto facilitó el ascenso de su hijo, Melanio Ebendeng Oyana, al frente del CNIAPGE, completando el círculo de impunidad y nepotismo.

El CNIAPGE desperdicia millones sin resultados tangibles

El CNIAPGE sigue siendo un claro ejemplo de despilfarro y mal manejo de los recursos públicos en Guinea Ecuatorial. A pesar de que el 100% de su presupuesto anual proviene de los fondos públicos, la entidad no ha logrado cumplir con su misión de modernizar la administración pública ni de avanzar en la informatización del sector, tal como se prometió al momento de su creación. El presupuesto del CNIAPGE ha aumentado de 960.000.000 FCFA en 2013 a 1.200.000.000 FCFA en 2023, y en 2024, a pesar de la crisis económica que atraviesa el país, se le asignaron 1.000.000.000 FCFA, lo que equivale a 100.000.000 FCFA mensuales. Sin embargo, más de 957.220.812 FCFA, es decir, el 79,77% del presupuesto, se destina a gastos corrientes, principalmente para su funcionamiento, sin que se vea un retorno tangible de esa inversión.

Este descontrol en la gestión financiera refleja una total desconexión entre las asignaciones presupuestarias y los resultados reales, ya que, más de una década después de su creación, más del 70% de las administraciones públicas en todo el territorio nacional siguen completamente fuera de la era digital, atrapadas en un sistema obsoleto que ni siquiera intenta ponerse al día con los avances tecnológicos globales. La falta de responsabilidad y transparencia en su gestión demuestra que el centro no solo ha fracasado en su misión, sino que se ha convertido en una plataforma de enriquecimiento para unos pocos, mientras el país se queda atrás en su desarrollo digital.

El CNIAPGE desprotege a sus empleados al no registrarles en el INSESO

El director general, Melanio Ebendeng Oyana, disfruta de un salario neto mensual de 3.000.000 FCFA, mientras que su adjunto, Valentín Nvono Ngomo Nchama, hijo de uno de los principales gerifaltes del distrito de Mongomo, feudo político del dictador, cobra 2.500.000 FCFA. Estas cifras no solo reflejan el despilfarro que plagan el sistema, sino que evidencian una absoluta falta de compromiso con el bienestar de la población, mientras una élite política se enriquece a costa de los recursos del Estado y del sufrimiento de los ciudadanos.

Lo más alarmante es que, a pesar de destinar el 80% de su presupuesto anual a salarios y beneficios para un personal que supera los más de 70 empleados, ninguno de ellos está inscrito en el Instituto Nacional de Seguridad Social de Guinea Ecuatorial (INSESO), según una fuente bajo condición de anonimato, “la situación laboral del personal no está regulada, no están dados de alta en el sistema de la Seguridad Social”. Esta omisión no solo es ilegal, sino que deja a los trabajadores desprotegidos, sin acceso a derechos fundamentales como pensiones o asistencia sanitaria. 

Mientras tanto, el CNIAPGE evade sistemáticamente sus responsabilidades laborales y utiliza fondos públicos para financiar las actividades del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE), a través de descuentos mensuales del 3% de los salarios de algunos empleados. A esto se suman los complementos salariales, que van directamente a las cuentas del PDGE, con cantidades que oscilan entre los 75.000 y 90.000 FCFA por empleado, como si fuera un impuesto encubierto para mantener el régimen en el poder.

Es incomprensible que, en pleno siglo XXI, una entidad pública encargada de la informatización del sector público no cumpla con las normativas laborales más básicas. La falta de inscripción en el Instituto Nacional de Seguridad Social de Guinea Ecuatorial (INSESO) no solo es una violación de la ley, sino que demuestra un total desinterés por el bienestar de los trabajadores y el total incumplimiento de las responsabilidades legales de la administración pública. Las prácticas de corrupción y el uso indebido de los fondos públicos en el CNIAPGE son una muestra más de la opacidad y el despilfarro que caracterizan a las empresas públicas del país.

Negocios paralelos: cómo los altos cargos del CNIAPGE se enriquecen a costa del erario público

El tráfico de influencias en las empresas públicas de Guinea Ecuatorial es una práctica profundamente arraigada que socava la transparencia y el buen funcionamiento del sector público. Durante el mandato de Norberto Bartolomé Monsuy al frente del CNIAPGE, quedó claro que su gestión se centró en el beneficio personal, como destapó Diario Rombe en una investigación publicada en enero de 2024. En ella, se reveló cómo un representante en Guinea Ecuatorial de Guiatel – Serviços de Telecomunicações S.A., empresa portuguesa que firmó contratos multimillonarios para la formación del personal del CNIAPGE, facilitó la compra de una lujosa vivienda en Montgomery, EE. UU., para el entonces Director General del CNIAPGE, Norberto Bartolomé Monsuy. Este es solo un ejemplo de cómo las instituciones públicas son utilizadas como trampolines para intereses privados.

Es urgente que el CNIAPGE y otras empresas públicas dispongan de un departamento de compliance realmente independiente, con autoridad suficiente para investigar y supervisar la adjudicación de contratos públicos, especialmente en lo que respecta a los servicios de mantenimiento. Según una fuente del Ministerio de Hacienda citada por Diario Rombe, «Este departamento debería garantizar que los contratos se adjudique con estrictos criterios de transparencia, equidad y legalidad. Además, debe realizar investigaciones a fondo para evitar que las adjudicaciones recaigan en empresas controladas por los propios directivos del CNIAPGE.»

La falta de mecanismos de control propicia una cultura de impunidad, en la que los altos funcionarios utilizan sus posiciones para enriquecerse de manera ilícita, vulnerando las normativas sobre incompatibilidades y corrupción. Los documentos a los que ha tenido acceso Diario Rombe desvelan cómo directivos del CNIAPGE, en flagrante violación de todas las normativas existentes, combinan sus cargos públicos con actividades empresariales privadas. El caso más flagrante es el de Melanio Ebendeng Nsomo, Director General del CNIAPGE, quien no solo ocupa un cargo de alta responsabilidad pública, sino que es propietario al 100% de Tauro Sistemas SL, una empresa dedicada a la prestación de servicios informáticos y tecnológicos. Esta empresa, constituida con un capital social de 5.000.000 Fcfas, tiene su domicilio social en la Avenida Hassan II de Malabo, en una de las zonas más exclusivas de la ciudad.

La filtración de correos electrónicos de GQLeaks, la mayor filtración de correos del CNIAPGE, ha dejado en evidencia la participación directa de Tauro Sistemas SL, la empresa de Ebendeng, en proyectos clave del gobierno, como el de la creación e implementación de una plataforma electrónica para el Boletín Oficial del Estado (BOE), que se inició en febrero de 2020. Con un plazo de ejecución de solo cuatro meses, la empresa de Ebendeng participó activamente en el proceso. El 2 de septiembre de 2020, Ebendeng utilizó el correo de su empresa (mebendeng@taurosistemas.com) para convocar reuniones relacionadas con este proyecto, en las que, además, participó Carlos Sánchez Jiménez, representante de la empresa Tecnologías de la Información G.E S.L. (TIGE S.L.).

«Todos los empleados del CNIAPGE sabemos que el Director General utiliza su empresa para adjudicarse contratos. No solo él, sino muchos otros directivos. La empresa de Melanio ha recibido contratos también en otros ministerios, lo cual debería ser investigado por el gobierno, ya que va en contra de las normas anticorrupción e incompatibilidades», declaró una fuente anónima que teme represalias.

Esta red de negocios paralelos, en la que se entrelazan el poder público y el interés privado, es un claro ejemplo de cómo las instituciones públicas de Guinea Ecuatorial han sido corrompidas y utilizadas para beneficio de unos pocos. Las autoridades deben actuar con urgencia para frenar este modelo de corrupción sistémica que mina las bases de un gobierno democrático y transparente, y que, al mismo tiempo, perpetúa el saqueo de los recursos públicos.

Hemos enviado un cuestionario de preguntas a Melanio Ebendeng para ofrecerle la oportunidad de comentar nuestros hallazgos, pero no hemos recibido respuesta, a pesar de que las preguntas fueron recibidas


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