El intermediario entre Severo Moto y Adolfo Marugan (asodegue) era el comisario José Manuel Villarejo

El intermediario entre Severo Moto y Adolfo Marugan (asodegue) era el comisario José Manuel Villarejo
Severo Moto en las oficinas de Villarejo

Pepe lo confesó hace nueve años en una marisquería, entre percebes y buenos albariños, ante las carcajadas de tres colegas policías, el juez más popular del país y una fiscal que ahora es ministra de Justicia. «¿Sabes lo que hice para llevarme al huerto a todo el mundo? Montar una agencia de modelos». Y Pepe -así llamaban en confianza aquellos comensales al comisario José Manuel Villarejo Pérez (67 años)- no mentía.

El intermediario entre Severo Moto y Adolfo Marugan (asodegue) era el comisario José Manuel Villarejo
Severo Moto en las oficinas de Villarejo

«No recuerdo haber visto a esas mujeres trabajar en la urbanización», dice un vecino que lleva desde principios de los años 90 viviendo en el mismo bloque donde se encontraba la agencia de Villarejo. Los que sí las recuerdan bien son los que fueron compañeros de piso de las modelos.

Fue a finales de 1992, en la sede de Televisión Española, cuando Villarejo, aún en excedencia, se acercó a hablar con Severo Moto, presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial y hoy exiliado en España tras ser acusado de organizar un golpe de Estado contra el dictador Teodoro Obiang. El comisario ofreció gratis sus oficinas de la Avenida de San Luís para que desde allí pudiera liderar la oposición con su equipo.

«Pepe Villarejo era nuestro enlace con el Ministerio del Interior, y nos daba cobertura de seguridad. En realidad él era un agente encubierto del Estado español», explica Severo Moto. «De aquel piso recuerdo lo de la agencia de modelos. Era otro negocio de Villarejo. Nosotros no preguntábamos y nadie preguntaba por nosotros. Ésas eran las reglas».

Ese mismo año, el Gobierno de Felipe González decidió apoyar a la oposición del régimen de Obiang. Y lo llevó a cabo a través de dos vías: la creación de la Asociación para la Solidaridad Democrática con Guinea Ecuatorial, al frente de la cual sitúa a Adolfo Fernández Marugán, hermano del actual Defensor del Pueblo; y dotando con apoyo económico, medios materiales y cobertura política al Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial. La persona intermediaria entre el Gobierno español y los representantes de la oposición guineana era Villarejo.

Crónica ha encontrado el piso-prostíbulo que el comisario montó cuando cumplió 40 años y se acababa de separar de su mujer, como confesó a la ministra Delgadoen el reservado de la marisquería. Hasta ahora nadie había confirmado la existencia de este apartamento con cinco despachos donde se juntaban 40 mujeres los fines de semana dirigidas por una madame. Y lo más surrealista de la historia es que compartían espacio con un grupo de políticos de la oposición de Guinea Ecuatorial

«Nosotros le llamábamos Pepe. Y el piso era suyo. Él se presentaba como empresario. Tenía sus negocios. Aunque nosotros conocíamos su relación con el Ministerio del Interior de José Luis Corcuera. Siempre lo entendimos como una cobertura política y de seguridad, un apoyo oficial del Gobierno de Felipe González. Nos instalamos en dos despachos y utilizábamos una sala de reuniones para nuestras actividades y ruedas de prensa. Aparte había dos o tres despachos más, una recepción y un pequeño hall». Es el testimonio de Armengol Engonga, secretario general del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial y la persona que más tiempo estuvo en la sede de Avenida de San Luis.

-¿Compartieron oficinas con las chicas que llevaba Villarejo?

-Más o menos, al segundo año de estar ahí, es cuando Pepe monta la agencia de modelos. Aparece una encargada, una señora de mediana edad que se convierte en la responsable de todo lo relacionado con la agencia, y ocupan los otros despachos. Nosotros nos quedamos sorprendidos porque nos parecía una actividad extraña, pero conociendo a Villarejo tampoco nos alarmó mucho ya que solía abarcar actividades de todo tipo. Sabíamos que era un agente encubierto y que montaba negocios o actividades de tapadera para el cumplimiento de sus necesidades operativas.

-¿Cómo funcionaba la agencia?

-Empezaban después de comer, en torno a las cuatro o las cinco de la tarde. Y nosotros a esas horas muchas veces ya no estábamos. Cuando ellas entraban en las oficinas nos poníamos más nerviosos e inquietos porque nuestra actividad era política y sabíamos que estaban por medio Villarejo y la Policía y que podían estar grabándolo todo. Es por eso que hacíamos todo lo posible para no mezclarnos ni establecer ningún tipo de relación con las chicasque aparecían por ahí.

El intermediario entre Severo Moto y Adolfo Marugan (asodegue) era el comisario José Manuel Villarejo
Entrada a la urbanización madrileña Las Torres

-¿Se ejercía la prostitución?

-No lo puedo asegurar. A mí siempre me pareció una actividad muy profesional.Organizaban desfiles de ropa. Enseñaban a las chicas a andar por la pasarela, a cómo posar ante los fotógrafos. Les organizaban sesiones de vídeo y fotografía. La verdad es que algunas tardes todo aquello se convertía en algo muy caótico y nosotros abandonábamos el piso porque no se podía trabajar.

También, a veces, escuchábamos las risas, los nervios y los gritos de las chicas.Sobre todo cuando se cambiaban de ropa y no quedaban contentas: «Ponte este vestido que te va a quedar mejor»; «Esta ropa que nos han traído es horrible y nos queda fatal». Cosas así, por el estilo. En verano organizaban pases de modelo y sesiones en traje de baño y bikini.

-¿Cuántas chicas había?

-A veces 10 y otras 15. Los fines de semana se podrían juntar 40. Todas, naturalmente, guapísimas y muy arregladas. Mientras estábamos ahí, durante nuestras horas de trabajo, no lo veíamos como un local de prostitución. Nosotros recibíamos a periodistas, políticos, militantes y refugiados. Eran nuestras oficinas públicas. Engonga añade que Villarejo también fue la persona que los invitó a salir de esas oficinas. «En el año 96, con la llegada de José María Aznar a la presidencia del Gobierno se nos terminó toda la cobertura oficial y se desmanteló toda la ayuda que nos proporcionaba el Estado español. Pepe Villarejo ya no volvió a aparecer».

Fuente: Elmundo

2 Comments

  1. Marugan eres un embustero. No vengas humo. Los guineanos estamos cansados de ti. Y el articulo es claro. El intermediario entre el gobierno socialista (asodegue) y la oposicion guineana era villarejo. Tu hombre clave para pinchar los telefonos de los guineanos. eres una bestia mala. una especie humana desgraciada. Largate y ya era hora.

    Desaparece de la vida de los guineanos

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