Aclaración sobre la existencia de bicefalia en el Partido del Progreso

Nos remitimos a los hechos a efectos de aclaración de la existencia de dos facciones en el Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial (PPGE), en los siguientes términos:

-Extractos de la Resolución de fecha 14 de enero de 2012, firmada por la Comisión Ejectuva Provisional del PPGE:

“Hemos decidido crear una Comisión Ejecutiva Provisional que analice nuestra situación actual en los contextos de nuestra Patria y la Comunidad Internacional. Preside dicha comisión Donato Ndongo-Biyogo Makina, con mandato hasta que pueda organizarse un congreso Nacional en Guinea Ecuatorial. Esta Comisión se encargará de gestionar la marcha del Partido del Progreso, recabar los apoyos necesarios y realizar cuantas gestiones conduzcan a que nuestro Partido recupere la voz y el protagonismo que le permitan cumplir sus fines”.

“En consecuencia, quedan desautorizados, y excluidos cautelarmente de la militancia, con expresa prohibición de atribuirse funciones de representación, las siguientes personas: Severo Moto Nsa, Armengol Engonga, Gabriel Moto Nsa, Amalio Buaki, Manuel Bang Mba y Pablo Ndong Ensema”.

“Asímismo, la Comisión Ejecutiva Provisional se desvincula totalmente del autodenominado “Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio”, así como de cuantas actuaciones se deriven de los individuos suspendidos cautelarmente de militancia, aludidos anteriormente”.

“Pedimos a todas las autoridades nacionales e internacionales, así como a los Partidos Políticos de Guinea Ecuatorial y del resto de las Naciones, que ignoren las diatribas emanadas de estos militantes excluidos del Partido del Progreso, quienes, conforme a su naturaleza manipuladora y calumniadora, harán cuanto les sea posible por difamarnos, descalificarnos y seguir engañando a todos” (fuente: asodegue.org)”.

Es decir, que desde la fecha de la publicación de la precitada Resolución, que es un hecho, el Pueblo de Guinea Ecuatorial tuvo conocimiento de la aparición de un nuevo liderazgo –o de una facción, siendo generoso– en el Partido en cuestión, distinto de D. Severo MOTO. A partir de aquí, es incuestionable hablar de facciones en él teniendo en cuenta que los firmantes de dicha Resolución no han emitido, que sepamos, otra posterior en sentido derogatorio a la anterior, y habida cuenta de que el mismo Severo sigue reivindicando el liderzgo del Partido de referencia.

Es preferible ver la realidad, por más incómoda que sea, en vez de ignorarla; y reconcer los problemas a desconocerlos como solución. En este sentido, la facción del PPGE de D. Severo, con toda la legitimidad que tiene de reclamar para sí la dirección del Partido, igual que la tienen los otros –de la Comisión Ejectiva Provisional creada mediante la Resolución mencionada, cuestión en la que no entramos–, lo que no puede es decir a los ecuatoguineanos que esa nueva facción no existe estando documentada su existencia.

-“No hay mal que por bien no venga”

Las molestias que siente D. Severo ante una mínima referencia a la aparición de una facción dentro de su partido, deben servirle de lección para no utilizar porque sí las siglas de los demás partidos siempre que necesita se le preste alguna atención, como cuando funda “Ciudadanos por Guinea”, hoy disuelta “de facto” por inactividad. Y con respecto al papel de mediación que irónicamente él solicita de Diario Rombe en el sendido de que le ponga en una Mesa de Diálogo con el líder de la facción disidente, es decir, con el destacado Escritor D. Donato NDONGO, la decisión corresponde al mismo Diario.

De todos modos, en caso de celebrarse esa Mesa, sería una oportunidad proveniente de la constante alusión a la bicefalia en el PPGE por el Diario, o sea, que “No hay mal que por bien no venga”. Las molestias a esas alusiones podrían desembocar en la desaparición de la bicefalia en el PPGE, claro, en caso de consenso entre los negociadores. Mientras estas no se producen ni hay marcha atrás por parte de la Comisión Ejecutiva Provisional, seguirá hablándose inevitable y razonablemente de facciones en el PPGE; no nos dicten lo contrario.

El Observador