Un agente vestido de Seguridad Nacional que conduce un Toyota Avensis matricula KN-625-O acaba de detener hace 10 minutos a un ciudadano Nigeriano en el Barrio de Cruce Dragas tras negarse a pagar 300.000 Francos.
Los vecinos se han sorprendido por la actitud del Agente de Seguridad Nacional que tras pedirle documentación, lo cual el nigeriano parecía tener todo en regla, y el agente se negó a dejarle seguir su camino, así que le pidió como condición pagarle la suma de 300 mil francos, que esté se negó a pagar.
El agente se bajo del coche y le puso las esposas para luego obligarlo a subir en su vehículo color gris. Se desconoce el paradero del Nigeriano, pero «el agente estaba bastante cabreado así que es posible que le haya llevado a la Comisaria de Campo Yaounde o a Guantanamo» afirma una ciudadana. Este es nuestro país donde los policías roban a plena luz del día, aplicando las ordenes de Obiang Nguema.
3 Comments
Son cosas que ocurren, lo que quiere decir que lo que comentan en este artículo pueda que ha sucedido, aunque ya con detalles desviados de lo que realmente pudo haber acaecido.
Vamos a suponer que así ocurrió, y justamente no pueden ser aplaudidos episodios como estos, por lo que, hay que condenarlos y hacerlos desaparecer de nuestra sociedad.
Sobre todo, hay que trabajar y encontrar maneras para que no vuelvan a ocurrir. Añoramos la seguridad jurídica, que es un problema serio, y no solo en nuestro país. Porque donde la gente no dispone de una seguridad jurídica como se registra en nuestra sociedad, existen riesgos de hacer la justicia con nuestras propias manos.
Quiero señalar con mis observaciones alguna situación personal que he podido vivir en primera persona. Y decir que ser extranjero no quiere decir no ser un humanos como nosotros. No todos son santos e inocentes. Hasta muchos, aprovechando la situación señalada arriba se visten de verdugos, porque saben que llevándole a la policía no quiere decir muchas veces nada…Ya no hablo de los tribunales. Creo que esta es una situación preocupante, pero que tiene solución.
Y no es el Presidente de la República el culpable como alguien quiere sostener. Claro, tiene la mayor responsabilidad como padre de todos. Y por supuesto, el que mi hijo fuese un ladrón no puede interpretarse que había sido yo a enseñarle a robar, pero tampoco puedo eximirme como padre de esta situación. Por eso, creo que la educación y la formación de las personas, que parte desde el hogar, tiene mucha influencia en nuestro quehacer cotidiano.
El problema de la seguridad jurídica en nuestro país es muy preocupante. Va resuelto, y para ello hay que hacer a priori un análisis profundo sobre esta situación, hay que hacer un FODA.
Nuestro país es un Estado de Derecho, pero desgraciadamente
La culpa la tienen los payasos representantes diplomáticos de los países africanos con acreditación en Guinea Ecuatorial.
Esto no puede pasarle a un americano, francés etc. porque sus embajadores no dudarían en llamarle al presidente de la Republica, condenar el hecho y exigir su liberación inmediata, además de informar a los organismos internacionales de protección de los derechos humanos.
Contraria a este posicionamiento de los representantes diplomáticos occidentales para protección de sus ciudadanos y sus intereses en Guinea Ecuatorial, los embajadores africanos acreditados en Guinea, se valen de la paga nominal que Obiang los tiene reservado a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, para a cambio, no hacer nada frente al maltrato que reciben sus conciudadanos que en condiciones normales, deberían defender.
Corrupción total, Obiang mantiene a todos en sazón de la sinvergüenza.
He dicho.
Bien dicho. Sin animo de descalificar, y ni mucho menos blasfemar, parece que el hombre negro ha nacido para sufrir (tanto dentro como fuera de su continente).
¿Qué boca tenemos para condenar a otras razas cuando nos maltratan? ¡Ojo!, aunque Guinea Ecuatorial puede ganar trofeo en cuanto al maltrato (incluso a veces, dichas prácticas se llevan a cabo contra sus mismos conciudadanos); no obstante, muchos países africanos no son exentos de esa maldad. Años atrás, fui maltratado en el aeropuerto de Duala, Camerún.