Ambigüedad y decepción: la participación de la oposición en la Mesa del Dialogo Nacional

Si se nos permitiera ofrecer nuestra modesta opinión sobre la Mesa del Dialogo Gobierno y Partidos Políticos, y a la luz de la evolución de las cosas, destacaríamos nuestra decepción con respecto a la postura ambigua de algunas formaciones políticas de la oposición que toman parte en esta Mesa. Y sobre este participar, quiero dar algunas precisiones preliminares:

Al considerar el dialogo, como una conversación o intercambio de ideas, el Gobierno de Guinea Ecuatorial hace uso del espíritu sensato de promover el desarrollo nacional a través de la inclusión y consideración de todas las ideas y posturas emanadas de las fuerzas políticas nacionales. Precisamente, el diálogo puede ser tanto una conversación amable hasta una acalorada discusión sostenida entre los interlocutores. Se aceptan las posturas del interlocutor y los participantes están dispuestos a modificar o ajustar sus propios puntos de vista. De ahí la importancia y necesidad del diálogo en campos como la política.

Pero la importancia del dialogo se plasma igualmente en su carácter genuino de buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin prejuicios, a diferencia de la retórica que busca persuadir y convencer. Precisamente, frente a las posturas decepcionantes de algunas formaciones políticas de la oposición, el dialogo es una oportunidad de conocer la verdad, seriedad y sinceridad de las fuerzas políticas frente al interés nacional. Esa verdad que tanto se expresa desde fuera y a través de diferentes medios y foros externos. E inyecta más credibilidad al Gobierno, al permitir la participación de todas las fuerzas políticas y sociales, internas y de la diáspora sin exclusión alguna y amparado en una amnistía general.

El dialogo es un ejercicio de democracia, frente al autoritarismo, y el Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial ha hecho prueba de sus dotes democráticos, de tolerancia, de respeto a otras formas de pensamiento, del compromiso y de la buena predisposición de los actores políticos y sociales nacionales, más que a elementos discursivos y dialécticos para una convivencia pacífica entre todas las fuerzas políticas. Pero parece decepcionante la postura ambigua de algunas formaciones políticas de la oposición. Sin importar el ámbito en el que se suscite, el diálogo necesita contar con participantes abiertos a la tolerancia y al respeto hacia la postura del otro integrante y sobre todo del marco legal vigente. Debe caracterizarse por un constante debate e intercambio de posturas con tal de encontrar un objetivo común, y no dimitir ni abandonar la mesa. Siendo este objetivo común para el pueblo de Guinea Ecuatorial, el respeto de la Constitución, la justicia social y la igualdad así como la promoción de la convivencia pacífica y el desarrollo socio económico del país. Actuar fuera de esta visión, es simple y llanamente incoherente y por tanto decepcionante.

Pero de esta reflexión general, extraemos algunas consideraciones básicas:

Primera. La Mesa del dialogo nacional ha sido convocada por el Gobierno de la República de Guinea Ecuatorial, a través del Jefe de Estado. Precisamente la Constitución de Guinea Ecuatorial en su artículo 33 establece las funciones del Jefe de Estado con respecto a la política nacional. El Jefe de Estado define la política de la nación, vela por el respeto de la Ley Fundamental y asegura con su arbitraje el funcionamiento de los Poderes Públicos.

Segunda. En Guinea Ecuatorial no existe crisis institucional ni vacío de poder para suplantar el orden constitucional vigente. Parecería “capricho político” cuestionar el orden constitucional vigente actualmente en Guinea Ecuatorial y los Órganos del Poder Político. O quizás CPDS y su grupo estén actuando sobre la base de otro ordenamiento jurídico de otro país o soñando por integrarse en otro país que no sea Guinea Ecuatorial.

Tercera. Si el Gobierno ha convocado de manera voluntaria el dialogo nacional, en el marco de las exigencias democráticas de inclusión política,  para debatir e intercambiar posturas con otras fuerzas políticas y sociales nacionales, está facultado igualmente por la Carta Magna, a definir el marco de dicho dialogo. Lo que implica, la definición o el establecimiento del orden de día de las sesiones.

Pero si algunos de los participantes al dialogo nacional le parece importante incluir algún otro punto, aquello conlleva un debate abierto para llegar al acuerdo y no redacción de manifiestos. Aunque, se excluye el debate sobre la revisión de la Ley Fundamental de la Republica en este tipo de foros, ya que es potestad del Jefe de Estado o de una tercera parte de la Asamblea nacional, la revisión de la Constitución y no puede ser a iniciativa de una formación política o grupos de formaciones políticas sin representación parlamentaria (art. 133). Cualquier formación política nacional debe encauzar su actuación sobre el marco jurídico, sino estaría jugando al despiste o fuera de juego democrático. Una cosa es contar con concesiones secretas de alguna o algunas legaciones diplomáticas y otra muy diferente es la realidad y el interés nacional

Cuarta. La Quinta Mesa de Dialogo Nacional, como un coloquio, como una conversación o una charla, entre actores políticos y sociales nacionales, muy al contrario del silencio, o el mutismo, establece como marco de reflexión: la revisión del documento del pacto nacional vinculante; la revisión de la ley de reuniones y manifestación; la revisión de la ley de los partidos políticos; la revisión de la ley del Pacto Nacional y el documento de evaluación; revisión de la ley reguladora de las elecciones de la Cámara de los Diputados, el Senado y las Municipales; revisión de la Ley reguladora de las Elecciones Presidenciales y la revisión de la Ley de financiación de los partidos políticos.

Desde una perspectiva lógica y no política, estos constituyen los principales dominios por los cuales, las formaciones políticas y sociales, deberían prioritariamente discutir con el Gobierno para integrar sus sensibilidades y posturas. Habría que valorar la predisposición del Gobierno por poner sobre la mesa de dialogo, estos temas de suma importancia para la integración y convivencia pacífica de todas las fuerzas políticas nacionales y el desarrollo inclusivo social. Pero paradójicamente, algunas formaciones políticas querían discutir con el Gobierno temas que no son de su incumbencia institucional, ni social, ni política. Una vez más, la oposición decepciona y pone en perspectiva las ambiciones de poder frente a las de desarrollo nacional; ponen de manifiesto una vez más que detrás de sus siglas, se esconden intereses inconfesados que están muy lejos de las sanas aspiraciones del pueblo de Guinea Ecuatorial, la solidaridad y la perseverancia de la paz.

Quinta. Cualquier cuestionamiento del planteamiento formal de este dialogo nacional, solo refleja un aspecto importante que habría que tener en cuenta en todo momento: las formaciones políticas nacionales carecen de suficiente capacidad de gestión social y política, y carecen de rigor institucional, al confundir un dialogo nacional con una conferencia nacional, la participación en un dialogo nacional con la suplantación del orden constitucional vigente. Lo cual deja patente una vez más, la decepcionante actuación de algunas formaciones políticas nacionales.

Muchas gracias…..

Crisantos Obama

Analista político