BUENOS AIRES: EL GOBIERNO MARCA LA AGENDA

EL GOBIERNO ARGENTINO OBSERVA DE REOJO A LA LIBERTAD DE PRENSA

Faltan 11 meses para que los argentinos elijamos al nuevo Presidente de la Nación, el mandato dura 4 años. Sin embardo la oposición al Gobierno se encuentra desconcertada en su rumbo, turbada en su presente y el futuro más cercano. Perturbada y aturdida no logra encontrar la agenda propia, que ponga sobe la mesa los temas de interés de la sociedad.

En efecto, es el Gobierno de Cristina Kirchner el que marca la agenda semanal y a veces también diaria. Los medios masivos de comunicación, además de los partidos políticos opositores, hablan y se manifiestan en torno a los temas que le Gobierno impone cada 24 horas. Hablan a favor, o en contra. Apoyan o critican, pero no pueden armar una agenda paralela  y autónoma fuera del ámbito gubernamental.

Esta situación no le es ajena al oficialismo, que se encuentra dispuesto a ejercer el poder hasta el último minuto del mandato. Sin embargo son muy cuestionables los métodos que el Gobierno adopta para ejercer su poder. Hay soberbia, y desprecio por quienes piensan de manera diferente. La descalificación personal llega a niveles escandalosos, y la oposición sigue sin reaccionar adecuadamente.

Los candidatos con mayores posibilidades de suceder a la Presidente Kichner son Sergio Massa (del Frente Renovador) y Mauricio Macri (del Pro). Massa es Diputado Nacional;  y Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Por otra parte el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli se mueve sobre arenas movedizas pretendiendo conseguir de manera definitiva el apoyo de su candidatura por el oficialismo, algo muchos dentro del Gobierno lo ven con recelo.

Por parte del Gobierno Nacional, hasta puede observarse una clara tendencia a estar tentado por adoptar una postura autoritaria, reñida con los principios republicanos de la división de poderes, la rotación de las personas en los cargos públicos, y la publicidad de los actos de gobierno. Al oficialismo le seduce la fantasía de tener la suma del poder público, aún cuando los métodos para lograrlo sean de escasa moralidad. Por su parte, el Kirchenrismo no pretende alejarse del poder, de ninguna manera, sino más bien esta buscando la forma de eternizarse. Van por todo y para siempre.

Dr. Hugo Lopez Carribero
Corresponsal en Buenos Aires
Diario Rombe

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