BURKINA FASO: LA HORA DE LAS PROTESTAS

BURKINA FASO: LA HORA DE LAS PROTESTAS

El Primer Ministro del gobierno de transición de Burkina Faso, el Teniente Coronel Isaac Zida, emitió un comunicado ayer 1 de abril, manifestando el malestar del gobierno ante las diferentes convocatorias a huelgas que sacuden al país desde hace tres semanas, paralizando una buena parte de la administración pública y sectores claves de la actividad privada. En su comunicado, el poderoso militar burkinés, que en realidad es el poder detrás de la silla del presidente, señala directamente: “esta es una insurrección que tiene motivaciones políticas”, con el fin, según el afiebrado coronel, de desestabilizar el país y alterar el calendario electoral.11100053_1556681051263027_2750686148606288688_n

Desde hace quince días, los maestros de escuelas públicas y privadas, están en huelga indefinida solicitando la nivelación de sus sueldos. Asimismo, el gremio de salud, que incluye a médicos y enfermeras de los hospitales del Estado de las principales ciudades burkinesas, ha paralizado sus labores pidiendo mayor presupuesto al sector hospitalario. A esto se suma la huelga del transporte urbano de la capital, ante la subida del combustible y las protestas de los estudiantes universitarios, en protesta por el recorte del presupuesto destinado a todas las universidades del país, acordado para este año.

Este malestar social, que ha invadido la sociedad burkinesa, a pesar de lo que piense el sector más duro del gobierno, se deberían a dos factores: Las justas y postergadas reivindicaciones salariales de un buen número de gremios, que no han podido, hasta ahora satisfacer sus demandas. Una precaria situación salarial, que se deteriora aún más, ante el significativo aumento de los precios de los artículos primera necesidad. Una inflación que en los últimos meses ha trepado a un 13% al mes, lo que anualizando significaría un aumento de los precios, en más de un 85% al cerrar el año.

Otro factor que explicaría, estas continuas protestas sociales, es el efecto de descompresión, que se ha generado en la sociedad burkinés, ante el malestar ciudadano que no se podía manifestar plena y libremente durante la dictadura de Blaise Campauré y que luego del fin del régimen autoritario, por efecto de las masas en las calles, ahora quieren plantear sus justificadas, como largamente postergadas demandas.

Pero el jefe militar de gobierno, a tenor del comunicado oficial del día miércoles, no entiende o no quiere comprender la real situación social del pueblo de Burkina Faso, tratando de explicar los motivos de los reclamos laborales, de la siguiente manera: “El giro que está tomando los últimos acontecimientos, enmarcados en la protesta sindical anárquica, a través de las huelgas desordenadas, el desorden en los lugares públicos y las reivindicaciones intempestivas, que de gremiales, solo tienen el nombre, indican claramente, que se quiere impedir el trabajo de reorganización que está realizando el Gobierno y alterar los plazos legales fijados para las próximas elecciones”.

Lo peligroso de esta situación, es que el coronel Zida confunde: el legitimo derecho de huelga que tiene todo trabajador, con la anarquía o con fines desestabilizadores; el democrático derecho a criticar a sus autoridades, con los intentos violentistas de minar las estructuras de una sociedad; y la búsqueda de mayor democracia y participación, con el desorden y el complot. El coronel Zida, quien días antes de la caída de la dictadura de Campauré, era un fiel servidor del régimen, se equivoca en entender el verdadero sentido de lo que es, la democracia y la libertad de un pueblo en exigir sus derechos.

Por: Javier Fernando Miranda Prieto

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