La gran mayoría del pueblo de Burundi, siempre creyó que el presidente Pierre Nkurumziza, elegido en el 2,005 y reelegido en el 2,010, estaba imposibilitado legal y constitucionalmente para una tercera elección presidencial, prevista para junio de este año. Asimismo, su tercer mandato habría violado los Acuerdos de reconciliación de Arusha del año 2,000, que puso punto final a la larga y reciente guerra civil burundesa (1,993-2,005).
Tan solo hace dos días, la policía de Burundi había utilizado gases lacrimógenos y armas de fuego para reprimir a más de 300,000 manifestantes de los principales barrios de la capital, Bujumbura. Por eso el pueblo en las calles, a través de un gran levantamiento popular, que duró varias y violentas jornadas, como lo logró el pueblo burkinés el año pasado y los congoleños en enero último, consiguieron arrebatarle al gobierno autoritario sus aspiraciones de perpetuase en el poder y reconquistar los legítimos derechos ciudadanos de elegir libre y dramáticamente a sus autoridades, sin imposiciones.
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Pronto llegará el turno de Obiang. Y por motivo de su destitución o muerte, esa fecha se convertirá en FIESTA NACIONAL.