El misterioso barrio Campo Yaundé, a New Billy, de Malabo

El misterioso barrio Campo Yaundé, a New Billy, de Malabo
Fotos actuales. Campo Yaounde

El barrio Campo Yaundé limita con los barrios Los Ángeles y Servicio de Malabo, la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial, la Escuela de Capacitación Agraria y con el Instituto Nacional de Enseñanza Media Rey Malabo, hasta desaparecer en las cercanías de la residencia del Doctor Salomón Nguema Owono, expresidente del Parlamento durante más de una legislatura, y del Colegio Silvestre Siale Bileká, -en honor al exprimer ministro del mismo nombre durante la transición o seudotransición, como quieran-, próximo a Malabo II. Frente a estas instalaciones está la avenida Assan II, que enlaza Malabo antiguo con Malabo II, partiendo de las inmediaciones de la Jefatura de Estado. Al otro lado de la avenida lucen el Palacio de Justicia, Comercial Sany, el Hotel Tropicana, una Iglesia Evangélica, el Campamento Acacio Mañé Ela, antes de llegar al otro Instituto, Bioko Norte, al Palacio de Conferencias de Banapá y al Hotel Tres de Agosto.

Vista esta breve descripción, Campo Yaundé debería ser un lugar turístico en condiciones normales, con todo lo que ello implica para la atracción y comodidad de los turistas, seguridad incluida. En cambio, se trata de un enclave convertido en casi Estado independiente dentro de Guinea Ecuatorial, literalmente anárquico, extramadamente peligroso y totalmente olvidado, pero extraordinariamente populoso. Se dice que en su interior se esconden los más famosos hechiceros y vudús de Guinea Ecuatorial, adonde acuden personajes necesitados de conseguir o consevar un cargo, o hacer efectivo un deseo por métodos brujeriles. Con un tono más o menos irónico, circula desde siempre en Malabo la expresión “ir a New Billy” para referirse a esta tendencia.

Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde

New Billy tiene alguna Comisaría de Policía, que actúa según la descripción anterior; o sea, como Policía de un Estado independiente y anárquico: no hay sujeción a norma alguna ni rendición de cuentas a sus superiores jerárquicos en el Ministerio del Interior o de la Seguridad Nacional. El Comisario de turno es Jefe de Estado totalitario provisional, impone las sanciones a su antojo, cobra tasas a su conveniencia y se las queda, con la ventaja añadida de que no debe explicaciones nadie, tratándose de un Estado olvidado.

Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde

A nivel de las infraestructuras, con chabolas milenarias hechas de madera, sin acantarillado ni agua corriente, con instalaciones eléctricas inseguras, conectadas por los propios residentes de los postes eléctricos a una vivienda, y de esta a otra, es casi un milagro que New Billy no haya desaparecido por una catástrofe, o que sus moradores no hayan contraído una epidemia mortal hasta la fecha.

Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde

En medio de estas circunstacias: situación geográfica no precisamente mala, ciudadanos abandonados, hechiceros campando a sus anchas, delincuencia descontrolada, como antes se ha indicado, es incomprensible el tremendo miedo que el Gobierno de Guinea Ecuatorial tiene en la cuestión de New Billy hasta convertirla en intocable. El programa del Gobierno de “lucha contra el chabolismo” no ha afectado nunca a New Billy, a pesar de tener las peores chabolas imaginables. Incluso nos atrevemos a sostener que Campo Yaundé no está en su Programa-estrella Horizonte 2020.

Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde
Fotos actuales. Campo Yaounde

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No decimos que les echen, sino que el Gobierno construya el barrio, dote a sus moradores de viviendas dignas, escuelas, agua y electricidad. Por supuesto, que desmantele esta independencia de hecho y refugio seguro de los policías espcialmente corruptos, delincuentes libres, inmigrantes irregulares y hechiceros comerciantes, sectas timadoras, en que se ha convertido New Billy.

¿Qués esconde el misterioso e independiente barrio New Billy?

El Observador

1 Comment

  1. El control de alcoholemia en Guinea Ecuaorial

    En una entrevista reciente de periodistas de RTVGE al actual Director General de Tráfico Rodado y Seguridad Vial de Malabo, dependiente de la Secretaría de Estado para Tráfico Rodado y Seguridad Vial, en torno a las graves deficiencias en este ámbito, causantes de numerosos accidentes, mortales muchos de ellos, las explicaciones fueron realmente reveladoras de la corrupción y del carácter desfasado de nuestra Administración. Veamos las principales cuestionas allí tratadas:

    A la pregunta del porqué buena parte de los semáforos de Malabo seguían estando inoperativos o apagados duarante tanto tiempo –con la consiguiente indeterminación de los ususarios de la vía pública: peatones, ciclistas, motociclistas, conductores, y sucesión de accidentes– el Director General respondió que la empresa encargada de su mantenimiento había hecho las verificaciones oportunas, con la conclusión técnica de que las piezas de esos aparatos no estaban en plaza, ni se fabricaban ya en Europa, motivo de esta situación.

    Nosotros, que sepamos, la instalación y funcionamiento de semáforos en Malabo y Bata son bien recientes, lo mismo debería ser su adquisición. Si esta fuese también reciente, entonces los aparatos en cuestión serían seminuevos con vida útil todavía bastante larga por delante, y sus piezas no quedarían obsoletas a fecha de hoy. Dicho de otro modo, las piezas averiadas se podrían comprar en cualquier parte. ¿Cuál es la práctica de los gestores administrativos de Guinea Ecuatorial? Pues es la siguiente:

    La Autoridad competente presenta un presupuesto al Gobierno en concepto de adquisición del material concerniente, previa maniobra de inflación de precios con el empresario adjudicatorio del proyecto, de modo que el precio real más el inflado aparezcan sumados en un monto único en el presupuesto que presente al Gobierno, con el fin de repartir la diferencia con el socio, o a cambio de algún otro favor a este. Una vez librado por el Gobierno el importe solicitado (precio real más el inflado), y repartida la diferencia con el empresario, la Autoridad vuelve a quedarse a hurtadillas con un porcentaje más o menos considerable del libramiento, entregando al empresario el otro para la compra del material. En ocasiones, las más de las veces, la Autoridad opera furtivamente sola de forma similar.

    Al haber recibido un importe inferior al precio real, pues el empresario comprará aparatos antiguos o desfasados, con la garantía de que no será fiscalizado por la Autoridad. Y, en efecto, así ocurre: esta no solo no le puede exigir responsabilidad, sino que además es quien primero le protege ante eventuales inspecciones, en evitación de que salgan a la luz sendas operaciones de corrupción anteriores. Esta práctica es extensiva a las demás obras con financiación pública en Guinea Ecuatorial. Si no, que se digan los motivos por los que las carretaras, calles, aceras o inmuebles de reciente construcción se desgastan o derrumban a la vista de todos, sin asunción de ningún tipo de responsabilidad por parte de nadie.

    Por si esto fuera poco, nuestro Director General de Tráfico siguió señalando como causas de accidentes de tráfico mortales en las calles de Malabo, la carencia de permisos de conducir, el exceso de velocidad y el alcohol; momento en que un periodista le preguntó por los métodos de control de alcoholemia de que disponen los Agentes en su tarea diaria. Respuesta: el olfato, basta que el Agente detecte el olor a alcohol de un conductor para dar por confirmado su estado de embriaguez y proceder en consecuencia.

    Pudo ser muy divertida la escena si no fuera que tales declaraciones provenían de un Director General de Tráfico Rodado y Seguridad Vial de cuya gestión dependen la seguridad vial y la vida de muchos ciudadanos, que se expresaba relativamente bien en español y en el Canal Internacional de Televisión Guinea Ecuatorial, con gestos de total convicción de lo que afirmaba, presentando, por lo demás, a los Agentes de Tráfico como formadores de los conductores sobre normas de tráfico, sabiendo lo que son: recaudadores para su bolsillo.

    En fin, la capital de Guinea Ecuatorial, Malabo, con semáforos inútiles y los Agentes de Tráfico sin detectores de alcoholemia, valiéndose únicamente de su olfato a este efecto, ¿puede ser más desfasada la Administración ecuatoguineana?

    El Observador

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