Una de las razones principales por las que nos interesa –suponemos que a otros también– leer íntegramente la Carta de la CORED al Presidente de la República es su resultado actual: la unanimidad inusual en el rechacho rotundo de la Carta entre el Gobierno y la Oposición democrática legalizada, representada por CPDS, a través de sendas repuestas, prácticamente idénticas en el fondo y en la forma.
De otro lado, hay que poner de relieve que en una u otra respuesta aparecen expresiones alarmantes como “intento de desestabilización de la paz, la estabilidad política y social” de Guinea Ecuatorial; “acciones antidemocráricas, provocadoras y carentes de voluntad de diálogo”; “ayuda de potencias extranjeras y mercenarios camuflados”; “intenciones inconfesadas”; “hacerse con los recursos energéticos de Guinea Ecuatorial”; “ataque o intervención contra el Pueblo de Guinea Ecuatorial”; “organización integrada por elementos descontrolados”; organización asociada a “representantes de poderes fácticos; algunos “ya señalados por la Justicia ecuatoguineana”.
Que sepamos, una Carta o un Manifiesto con buenas intenciones de ampliar y reforzar la participación política no debería contener, en condiciones normales, unas respuestas con las expresiones arriba destacadas; ni tampoco generar un rechazo tan unánime entre el Gobierno y la CPDS. Por esto creemos probable que la Carta/Manifiesto de la CORED debe tener algo que justifique lo anterior.
Y hay un dato más: en la respuesta de la Oposición legalizada se citan dos nombres que no figuran como integrantes de la Coalición, lo que indicaría que ellos serían firmantes de esa Carta sin ser miembros de la CORED. Se trata de los señores Daniel Lebegue y William Bourton. Está también la disputa de la autoría de la iniciativa de promover esta nueva etapa de negociación política, que la CORED se atribuye a sí misma señalando a CPDS como usurpadora de la idea al reunirse su Secretario General con el Presidente una vez enviada la Carta/Manifiesto. Por lo que es también interesante conocer la fecha de la misma en su texto original, si bien el Gobierno la sitúa el 10 de febrero de 2014 en su respuesta.
En fin, la misteriosa Carta/Manifiesto, habiendo sido contestada por su destinatario públicamente, no tiene explicación alguna su consideración de documento clasificado por su autor, la CORED. El Doctor Samuel, activista político y miembro de la Coalición, tendría que convencer a sus compañeros que la publiquen ya. No decidimos que se reescriba, sino que se pegue aquí o donde crean conveniente copia de su original, sin tocar ni coma.
El Observador
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1 Comment
Lo peor fue que, después de publicar el texto íntegro de la carta, nadie nos dijo dónde estaba el misterio de la «carta misteriosa», y, sobre todo, si el contenido de la carta merecía la reacción del inmundo Dictador y su oposición asalariada.