El candidato de la oposición Muhammadu Buhari, se perfila como el presidente electo de Nigeria. Según los resultados oficiales, el líder del Congreso Todos Progresistas APC, la alianza política de Buharia, habría ganado holgadamente en 20 de los 36 Estados de la Federación nigeriana y en cifras de votantes a nivel nacional, le llevaría al presidente Jonathan más de tres millones de votos.
El triunfo es contundente e histórico, porque es la primera vez, en los más de quince años de democracia, que el Partido Democrático Popular PDP, deja el poder por elección popular. Lo que nos prueba que el pueblo nigeriano siempre estuvo en capacidad de decidir, ellos mismo el destino de su nación, enrumbando este país, desde ahora, hacia una democracia más consolidada. Pero hablando de hechos históricos, por primera vez en la historia reciente del continente africano, un presidente deja el gobierno, luego de haber gobernado un solo periodo (2,010-2,015) sin que le asalte el deseo de desconocer la voluntad popular y tratar de perpetuarse en el poder.
La derrota de Jonathan, a pesar de la millonaria campaña electoral, el uso indebido de todos los recursos del Estado y el fuerte padrinazgo de la clase empresarial del país, recordemos la generosa donación de 100 millones de dólares de un grupo de empresarios, estaba realmente cantada.
Durante cuatro de los cinco años de su mandato presidencial, los precios del petróleo han estado altos, pero su gobierno no ha logrado ahorrar casi nada. En el Delta del Níger se sigue robando petróleo, en el último año se ha calculado una pérdida de más de mil millones de dólares, por corrupción; mientras los subsidios al combustible se comen una parte del Producto Bruto Interno (PBI), lo que demuestra una pésima gestión económica. En resumen, en el aspecto económico Jonathan no tuvo buenos resultados, y en una campaña electoral, el bolsillo del elector también vota.
Unido a la corrupción, los nigerianos siempre privilegiaron como un problema fundamental del país, la inseguridad, la violencia terrorista y en Nigeria hablar de violencia es hablar de Boko Haram. Esta organización yihadista, desde el año 2,009, a acumulando hasta la fecha más de 13,000 víctimas mortales y un millón y medio de desplazados. Una macabra estadística, que recae en el pasivo del gobierno actual. La incapacidad del Estado, la corrupción en las Fuerzas Armadas, la guerra sucia de parte del ejercito contra la población civil, los comprobados casos de manipulación de la información para buscar réditos políticos, han caracterizaron el accionar del gobierno de Jonathan en el tema de la inseguridad ciudadana. Solo en los últimos meses, una serie de victorias militares de las tropas de la Coalición del Sahel, conformada por Chad, Camerún, Níger y Benín han recuperado gran parte del territorio. Pero este avance en la lucha contra el terrorismo, parece haber llegado demasiado tarde para el presidente saliente.
Como vemos, una corrupción incontrolable, un mal manejo de la económica y una comprobada incapacidad en el combate al terrorismo integrista, no eran los mejores auspicios para una candidatura. Un candidato, que por otra parte, no tuvo el apoyo de un amplio sector del partido oficial, las lapidarias declaraciones del ex presidente Olesugun Obasanjo, uno de los factótum de la política nigeriana, en contra de la gestión de Jonathan, al inicio de la campaña, no le auguraban un buen resultado.
La derrota de Jonathan, es también el adiós a un político que nunca pensó en ser presidente. Jonathan, desde su cargo de Vice-Presidente tuvo que asumir la conducción del país en el año 2,009, luego de la muerte del presidente Umari Yar´Adua y al año siguiente postular, en unas elecciones muy cuestionadas, al mismo cargo para representar a su partido, ante la falta de un mejor candidato. Jonathan, en el poder se dejó seducir por todo el oropel y el protocolo que trae la máxima magistratura de una Nación. Se rodeo de un grupo de colaboradores, no solo incapaces y adulones, sino corruptos, que en más de una caso, comprometieron directamente al presidente de la República, en el uso indebido de dineros del Estado.
Ahora, el pueblo nigeriano le dice adiós, a un presidente que no estuvo a la altura de los graves problemas que tuvo que afrontar, una nación tan compleja como Nigeria, un país que hoy día ha reforzado su terca apuesta por la democracia.
Por: Javier Fernando Miranda Prieto
2 Comments
La verdad verdad es que estamos mas cerca que nunca , sonrian hermanos estamos Ya Casi a la final de esta dictadura Si obiang Cree que su hijo teodorin y cris ondo va ha heredar el trono estan locos xq eso no va pasar nunca .. Viva la republica de guinea ecuatorial , viva la democracia …. Abajo obiang y Su grupo de marionetas
Ojalá que la MANERA DE PENSAR de los GUINEOECUATORIANOS fuera alguna vez como la de los NIGERIANOS, que PODAMOS TENER ELECCIONES LIBRES Y TRANSPARENTES en este país, QUE GANE EL MEJOR, y que EL PERDEDOR SE VAYA TRANQUILO EN CASA; GUINEOECUATORIANOS, por favor, CAMBIEMOS LA MENTALIDAD, no en la COTIDIANA TERORIA, sino en la AÑHORADA PRACTICA!!! – Mis felicitaciones al Sr. Jonathan por su ejemplo de liderazgo POSITVO y que el pueblo NIGERIANO continúe creciendo y gozándose de su sistema democrático!!…………… QUE PASA EN GUINEA ECUATORIAL CON LA MENTALIDAD DE LOS QUE ASUMEN SER LIDERES CUANDO EL PUEBLO REALMENTE YA NO LES QUIERE, PORQUE NO CAMBIAN LA MANERA DE PENSAR!!!