El pobrísimo balance de la Quinta Mesa de Diálogo Nacional y algunas cosas más

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El régimen guineoecuatoriano ha dado fin en la última semana de agosto a la “Quinta Mesa de Diálogo Nacional”. La iniciativa de volver a reunir el foro de diálogo abierto de todas las fuerzas políticas guineanas fue formulada inicialmente por CPDS con la intención de hacer legal lo que tiene desde hace décadas existencia real en Guinea: la aceptación por parte del régimen de la existencia de una serie de grupos políticos que son expresiones reales de la sociedad guineana e introducir las modificaciones adecuadas para la nueva situación de leyes tan importantes como las de asociación y reunión, la que regula la libertad de expresión, la ley electoral y todas aquellas que embridan desde hace años la vida política del país. El régimen aparentó tolerar durante un periodo ese diálogo nacional para poco después mostrarse incompatible (como siempre) con la legalización de esas “nuevas” fuerzas políticas y con la normalización de la vida política democrática. En un primer momento se habló de la posible legalización de la FDR, del MAIB y de la Candidatura Independiente, de la posibilidad de entablar conversaciones con los partidos del exilio y de que el régimen desistiría de apoyar a las fracciones inventadas (carentes de vida real) en CPDS y UP. Obiang y los suyos han ido abandonando estas medidas hasta reducirlas en los últimos meses a la legalización de dos formaciones pertenecientes o muy cercanas al régimen.

El 26 de agosto, la agencia EFE (uno de los portavoces de la dictadura guineoecuatoriana) difundió un despacho en el que se anunciaba la legalización de la Unión de Centro Derecha (UCD) de Avelino Mocache. El día 17 de agosto se había iniciado la operación política contra el Casa de la Cultura de Rebola que ha acabado con cualquier expectativa de legalización o de simple tolerancia para con el MAIB. Cualquier posibilidad de diálogo entre la FDR y el gobierno guineano se hizo mucho más improbable tras la muerte, en el mes de abril en Malabo, de Bonifacio Nguema Esono a los pocos días de su vuelta del exilio. Las negociaciones con la Candidatura Independiente han debido perderse en los pasillos del ministerio del Interior…

¿La legalización de la UCD y las modificaciones, ni tan siquiera cosméticas, de unas pocas leyes son un balance presentable de la Quinta Mesa de Diálogo Nacional? No. No pueden serlo. El régimen ecuatoguineano sigue mostrándose como una dictadura cerrada a cualquier toma de contacto con la realidad política del país, como un régimen al servicio de una minoría corrupta y burocrática que hace del expolio de los guineanos su único objetivo. La dictadura nguemista ha vuelto a mostrarse incapaz de resolver ni uno solo de los problemas que aquejan al país, en este caso el de posibilitar la libre expresión de las fuerzas políticas realmente existentes en Guinea. El régimen parece dispuesto a ensimismarse unos cuantos años más en una situación de autismo político difícilmente compatible con el inevitable cambio que tendrá que producirse, aunque solo sea por razones biológicas, en la jefatura del Estado guineoecuatoriano.

¿Son estas las únicas consecuencias que pueden deducirse del completo fracaso de la Quinta Mesa del Diálogo Nacional? Podrían considerarse, en nuestra opinión, las consecuencias fundamentales pero las únicas. Nos interesa hablar también hoy de las consecuencias que tiene (debería tener en nuestra opinión) para el MAIB y para algunas otras fuerzas políticas…

Empecemos por el MAIB: la experiencia de todo lo sucedido en torno al Diálogo Nacional ha confirmado algunas de las ideas se han venido manteniendo sobre las relaciones entre el MAIB y el resto de fuerzas democráticas guineoecuatorianas. Las reivindicaciones del MAIB sólo son posibles (sólo son conseguibles) si aparecen integradas en el conjunto de las reivindicaciones democráticas de todos los guineanos. Parece claro que no puede haber democracia en un país que mantenga situaciones de opresión para los pueblos que integrados en él, pero no debería tampoco haber lugar para ensayos particulares, para intentos de resolver los problemas de estos pueblos con negociaciones aisladas, particulares, con la dictadura. Confiamos que a partir de ahora aparezcan con más claridad, como ideas dominantes en el MAIB, las que favorecen la acción unitaria de todos los demócratas, el empeño por estar en el grupo de cabeza de la lucha por la libertad como garantía primera y fundamental de que sus derechos serán respetados ahora, dentro del movimiento democrático, y después en una Guinea en libertad…

Hablemos también de la UCD y de lo que su legalización puede llevar consigo. Es difícil precisar para nosotros que queda en este momento dentro de ella de los cuadros políticos que abandonaron hace mucho tiempo el Partido del Progreso siguiendo a su máximo dirigente, Avelino Mocache. La trayectoria de los últimos años la caracterizan, sin duda alguna, como un partido acólito del dictador (su comportamiento en la Quinta Mesa de Dialogo Nacional también lo pone en evidencia), pero sería un error (sobre todos para los grupos que se referencian políticamente con la derecha española, los más numerosos en siglas aunque no en militantes, ni en influencia política) considerarlos como un partido político más del régimen guineano.

La UCD intentó durante años con nuestra colaboración (la de Asodegue) convertirse en el interlocutor para Guinea del Partido Popular español. Nosotros rompimos con Mocache cuando entendimos que se incorporaba al entorno político del PDGE. Sin embargo, parece que en el Partido Popular no lo tienen tan claro. Mocache ha sido el único dirigente político del interior de Guinea al que el PP español invitó a su Conferencia Política celebrada en Madrid en fechas tan cercanas como la primavera pasada. Mocache ha intentado durante todo este tiempo ocupar el lugar que en su día tuvo Severo Moto (y que perdió por merecimientos propios en los primeros años del milenio). Su baza política fundamental dentro del PP es Jorge Moragas, cuya estrella política dentro del partido de la derecha española no es, ni de lejos, declinante… ¿Qué importancia van a tener estas relaciones en el panorama político guineoecuatoriano? Habrá que verlo, sin duda, pero conviene no ignorarlo…

Incluimos, para acabar, el decreto de legalización de UCD firmado por el propio dictador: Decreto Legaización Unión de Centro Derecha

Fuente:asodeguesegundaetapa.org

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