Tras las elecciones de 2011, la única elección de Martín Insaurralde fue hacer su juego teniendo ya al año 2015 entre ceja y ceja. ¿Y los ciudadanos que eligieron por él en las legislativas? Bien, gracias.
“En la vida hay que elegir”, era el lema del primer spot de campaña que erigía a la figura de Martín Insaurralde como candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires bajo el sello del Frente para la Victoria. No obstante, dentro del cúmulo de elecciones que se enumeraban en aquellas publicidades mechadas de sonrisas del lomense junto a la Presidenta de la Nación faltó advertir a la ciudadanía cuál sería la elección más rutilante del paso de “MI” por el recinto de la Cámara de Diputados de la Nación: dar el portazo con más pena que gloria a sólo un año de haber asumido.
Asimismo, en el segundo spot, ya después de las elecciones primarias e intentando dar una imagen más “canchera” en la desesperada búsqueda por revertir en la elección general un resultado que ya se avizoraba irreversible, Insaurralde apareció bajo el sello de MI. Así, en el marco de canciones proselitistas de malas rimas, se hablaba de MI barrio, de MI candidato, de MI provincia, en fin, de millones de MI. Sin embargo, en lo que tampoco se alertó al electorado dentro de estos spots es el MI mayor que bien podría catalogarse como “MI estafa”.
Con apariciones a cuenta gotas por el Congreso y sin siquiera tener el peso político como para impulsar proyectos como el de la Ley de Armas Cero, que venía con la bendición desde Provincia, Insaurralde pisó más el set de grabación de Showmatch que el recinto de la Cámara baja nacional, algo en lo que sus ya otrora compañeros de bancada salieron a refregarle al momento de oficializar su retorno al municipio de Lomas de Zamora como una fase más de su ruptura con ese Frente para la Victoria que lo supo mimar en tiempos donde se afirmaba que “En la vida hay que elegir”.
E Insaurralde eligió, y hace rato. Su deseo de acceder a la gobernación bonaerense el próximo año es harto conocido, aunque aún sigue jugando al misterio respecto al sello que amparará su candidatura. Por lo pronto, el mismo día que dio el portazo del Congreso, varias calles amanecieron con afiches donde su rostro de estampaba con lo único que conservaba de aquellos recientes tiempos de candidato K: la sigla MI. ¿Será la que denomine a su nuevo espacio?
Y es que, mientras algunos siguen apostando a un próximo desembarco al massismo, otros hablan de un Movimiento Independiente que tenga al lomense como figura excluyente para luego barajar pegar su lista a la candidatura nacional de Sergio Massa. Asimismo, ciertas voces cercanas a MI deslizaron a NOVA que ya tendría en mente a su compañero de fórmula: el intendente del Partido de La Costa, Juan Pablo De Jesús, amigo íntimo del lomense.
Por lo pronto, Insaurralde ya hizo todos los deberes para no sólo irse de Diputados dejando un sello de intrascendencia, sino también para despegarse del oficialismo. Recientemente señaló que “lo que me importa es cuál va a ser el hombre que (siendo presidente) va a devolver la identidad a la provincia” y que
“devuelva” los “Fondos del Conurbano”, aspecto en el que coincidió días atrás en una reunión con el intendente de Junín y mariscal massista en el interior bonaerense, Mario Meoni.
También “MI” marcó diferencias con el gobierno luego de los incidentes con la barra de River: “En abril presenté un proyecto de Ley para tipificar la figura del barrabrava”, apuntó en su cuenta twitter. Y añadió: “La violencia en el fútbol no es sólo responsabilidad de los dirigentes. El Estado tiene la obligación de ayudarlos a erradicarla del club. Basta de mirar para el costado, de señalar y exigirles soluciones a otros. Hace meses que insisto en que debemos ocuparnos seriamente”.
Pero más allá de estos berrinches, lo cierto es que, tras las elecciones de 2011, la única elección de “MI” fue hacer su juego. ¿Y los ciudadanos que eligieron por él en las legislativas? Bien, gracias.
Dr. Hugo Lopez Carribero
Corresponsal en Buenos Aires