Gabriel Obiang, su padre y otros corruptos del Ministerio de Minas

En un momento de copas con los amigos, Lima dice: ” el que roba, engaña, extorsiona, malversa los Fondos del Gobierno, es más inteligente, porque los inteligentes manipulan a los tontos”

Por: El Infiltrado Rombista

Colaboración Especial de Sir Lucky Dube

El nombre de Gabriel Mbega Obiang Lima es noticia estos días por el incidente que tuvo lugar en el puerto de Malabo hace apenas una semana, donde fueron interceptados unos contenedores propiedad del susodicho. Los contenedores iban cargados con ingentes cantidades de dinero y se pretendía que fueran a parar a Sao Tomé y Príncipe, país de procedencia de Cristina Lima, madre de Gabriel.

En realidad, el incidente arriba mencionado no es más que otro de los episodios de corrupción y enriquecimiento ilícito que ha protagonizado el personaje en cuestión, pues las ambiciones lucrativas de Mbega Obiang Lima no son ni nuevas, ni desconocidas. Pero sin duda, su primera gran jugada fue sabotear primero a Miguel Abia Biteo (q.e.d) y luego a Atanasio Ela Ntugu Nsá, para acabar haciéndose con el control del Ministerio de Minas, Industria y Energía y enriquecerse a base de petrodólares.

Todo comenzó el día que Teodoro Obiang Nguema propuso a su hijo Gabriel el cargo de Secretario General de Minas y este aceptó sin rechistar. La intención de Obiang era tener a alguien de su confianza controlando los ingresos del sector petrolífero y controlar también al Ministro de Minas, que entonces era el ya fallecido Miguel Abia Biteo (que tampoco era ningún angelito). En este periodo de tiempo, el joven Gabriel adquirió experiencia para manipular el ministerio, a la vez que espiaba a Abia Biteo.

Al cabo de un tiempo, Miguel Abia Biteo fue cesado, y se designó como nuevo Ministro de Minas a un hombre astuto y discreto, natural del distrito de Niefang y que responde al nombre de Atanasio Elá Ntugu Nsá. En teoría, éste debía maximizar los ingresos provenientes del sector petrolífero y mejorar la gestión de su antecesor, al que se acusaba de vender barcos enteros de crudo desviando los beneficios a paraísos fiscales; a Abia Biteo también se le acusaba de pertenecer al movimiento clandestino MAIB, aunque nunca llegó a demostrarse. Cuando Atanasio se hace ministro, Gabriel Mbega es nombrado Viceministro de Minas, y su cometido es seguir informando a su padre, el Presidente Obiang, sobre lo que sucede el ministerio y así demostrar que el ministro actual –Atanasio Elá– actúa con el mismo modus operandi que anterior. Recordemos que Guinea es una finca particular del clan y no les gusta que otros roben. Elá Ntugu Nsá, pretendía por lo visto hacerse millonario, de hecho hoy en día es uno de los hombres más ricos de Guinea.

Son los años de mayor apogeo petrolífero en Guinea Ecuatorial. Y Atanasio tiene órdenes de Obiang de desviar barcos de crudo e ingresar los beneficios sacados de la venta clandestina de estos barcos en cuentas extranjeras del propio Obiang; pero Elá Ntugu Nsá, que es corrupto, pero no tonto, desvía barcos para Obiang, pero piensa también en su propio beneficio. La jugada maestra de Atanasio fue buscar y encontrar un aliado en la persona de Ricardo Mangue Obama Nfubea, quién entonces pasaba por ser uno de los hombres más poderosos de la dictadura de Obiang, ejerciendo de forma simultánea las tareas de Primer Ministro, Función Pública y Administrativa y abogado personal de Obiang y su familia. Así las cosas, Atanasio le expuso a Ricardo que el Presidente Obiang y su mujer se estaban haciendo con cantidades abusivas de dinero procedente del sector petrolero, y que ellos –Atanasio y Ricardo– ‘quedarían como tontos’ si no aprovechaban su privilegiada situación para enriquecerse robando y malversando ellos también. (El dato clave para entender todo eso, es que Ricardo y Atanasio, entre los dos ocupaban los puestos de primer ministro y ministro de minas. Además, Ricardo en ese momento era el representante legal de varias empresas petroleras que operaban en Guinea).

Atanasio Elá y Ricardo Mangue, tras ponerse de acuerdo, proceden a desviar dos barcos de crudo, repartiéndose los dividendos obtenidos. Poco tiempo después, Obiang se entera del robo, probablemente por un chivatazo de Gabriel Mbega (aunque debo decir, en honor a la verdad, que no puedo asegurar que Gabriel fuera el chivato). El caso es que Obiang se entera de que Atanasio ha desviado barcos de petróleo, pero ignora –el Presidente Obiang– que Ricardo Mangue estuviera implicado en dicha trama. En ese momento, Obiang, desde su ignorancia, recurre a su abogado personal, que es a la vez su Primer Ministro; es decir, que Obiang delega en Ricardo Mangue para que investigue lo sucedido en ministerio dirigido por Atanasio Elá Ntugu Nsá… Al poco tiempo Obiang se entera de la urdimbre maquinada por Ricardo y Atanasio. Es entonces es cuando se nombra a Gabriel Obiang Lima como Ministro de Minas, Industria y Energía.

Las consecuencias no tardarían en llegar para el binomio Obama Nfubea – Elá Ntugu Nsá. A Ricardo Mangué se le acusó de un intento de golpe de estado y se le relacionó con Severo Moto Nsá y un

mercenario libanés llamado Mohamed Salam. Se llegó a intentar a apresar a Ricardo, quien se refugió en su pueblo natal (Aton Nsomo – Kie Ntem), pero el señor Froilán –padre de Ricardo– amenazó a Obiang en los siguientes términos: “Como le pase algo a mi hijo, no vivirás para contarlo”… deduzco que entre brujos andaba el juego.

Si hacemos algo de memoria, podemos recordar que en 2008, un enfadadísimo Obiang fulminó a todo el ejecutivo y expresó en un discurso que “este había sido el gobierno más corrupto de todos los que había montado y que Ricardo Mangue era el primer ministro del peor gobierno de la República de Guinea Ecuatorial”. Ricardo Mangue, en su defensa, mostró a Armengol Ondó Nguema (a quien su hermano había encargado la detención de Obama Nfubea) documentos en los que aparecía la firma del propio Teodoro Obiang, documentos que probaban que el propio Presidente Obiang había aprobado varias operaciones de ingreso de dinero, desvió de barcos y otros fraudes. A Ricardo Mangue hay que reconocerle que es un hombre instruido, corrupto y malvado, pero instruido; y sabe que la información bien utilizada es una gran fuente de poder, o como mínimo, a él le salvó de mayores represalias.

A Atanasio Elá Ntugu Nsá, por su parte la broma le cuesta un divorcio. Obiang Nguema intenta atentar contra la vida de Elá Ntugu, y tras no conseguir eliminarlo físicamente, recurre a unas de sus predilectas tácticas de sometimiento, el acostarse con las mujeres de sus ministros. Obiang ‘se zumbó’ a la mujer de Atanasio, y este reaccionó divorciándose.

Quede constancia de que este artículo no pretende, ni muchísimo menos, presentar a Ricardo Mangue o Atanasio Elá como víctimas de Obiang, ni nada por el estilo. Ambos han sido siempre sendos colaboradores del régimen que oprime a miles de guineoecuatorianos todos los días; y ambos se han

lucrado de forma ilícita de los recursos naturales de Guinea. Ambos, como todos los colaboradores de este régimen, llegado el momento deberán asumir su parte alícuota de responsabilidad, ante el pueblo de Guinea Ecuatorial.

Con el dinero robado, Atanasio Elá invirtió en Niefang construyendo media villa, otra media villa en Malabo y una docena de vehículos americanos. Compró un chalet en el Parque Coimbra de Móstoles (MADRID). Sus bienes son totalmente localizables para el pueblo guineoecuatoriano. Gabriel Mbega, por su parte, está invirtiendo gran parte de lo que roba en Guinea en Sao Tomé, país de origen de su madre. Allí –en Sao Tomé– invierte en infraestructuras de portuarias y aeroportuarias, y donde tiene como socio a Juan Oló Mbá Nseng suegro del Presidente Obiang. Así mismo, Mbega Obiang Lima tiene también esparcidas grandes propiedades y bienes en Europa y EEUU. Tiene escondidos en estos países ingentes cantidades de dinero conseguido a base de chantajear permanentemente a las empresas petrolíferas que operan aquí en Guinea. Todo eso lo sabemos aquí en Malabo.