Dolor, indignación e impotencia, son los sentimientos predominantes en los últimos días en la familia de José Obiang Mba Maye tras conocer la sentencia del simulacro de juicio del caso José Antonio Ondo (Maiken), celebrado en la sala de lo penal en la audiencia provincial de Wuele Nzas, Mongomo, el pasado 26 de marzo de 2015.
Un año después, no ha habido ni investigaciones, ni detenciones a los culpables. Es decir, no hay cargos judiciales contra los verdaderos autores de este crimen. Y lo más sorprendente es la presión y continuas amenazas que están recibiendo los familiares de la víctima por parte de las autoridades judiciales para que acepten el dinero que el Gobierno ha asignado como indemnización: dos millones de Francos Céfa, unos 3000 € aproximadamente.
Juicio, ¿De qué juicio se tratara? Es como si alguien dijera que Hitler o Himmler hubieran enjuiciado a los criminales de Aushwitz y Buchenwald. Intentan distraer y callar a la familia de la víctima ofreciéndoles ciertos dividendos para ocultar la verdad.
Si quisieran haber hecho un juicio justo, deberían haber efectuado primero una verdadera investigación exhaustiva, detenido a los asesinos y haberlos sentado en el banquillo de los acusados. Sin esto, la herida no será cerrada.
La sentencia del caso Maiken está teniendo un fuerte impacto en la familia, y si antes teníamos mucha pena, ahora tenemos mucha rabia al ver que ella no cuenta la historia completa tal y como sucedió. Está totalmente tergiversada, manipulada y parece dictada para encubrir a los verdaderos asesinos y echar toda la culpa a la monja Modesta Nkara Ondo, para disimular.
“Condenamos a la procesada al pago de 500.000 Fcfa. Se condena a la Congregación religiosa Hijas de la Inmaculada Concepción de Mongomo como responsable subsidiario en concepto de indemnización a la familia afligida del finado Jose Antonio Ondo, la suma de 2000.000 Fcfa
Son muchas las irregularidades que acompañan a esta sentencia, y constituyen “una cadena de omisiones o directamente complicidades por parte de las autoridades”.
Véase el auto…
Fuente: La familia del finado.
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El finado era mayor de edad, con 20 años, quien se separó del grupo de exscursionistas sin consenso de la monja o del colegio; a partir de ahí, asumió responsabilidad de sí mismo.
El padre reconoce que el finado fue asesinado, lo cual coincide con el informe evacuado por los participantes del levantamiento del cadaver al certificar que, el flotado cadaver tenía las cuatro extremidades semiflexibles. Cabe apreciar que ningún órgano de un cuerpo sin vida normal es flexible ni semiflexible.
RECOMIENDO: ABSUELTEN SIN CARGOS A LA POBRE MONJA, NO ES RESPONSABLE DE ESTA MUERTE, Y CONSECUENTEMENTE AL COLEGIO….. INVESTIGUEN A LOS VERDADEROS ASESINADOS, A QUINES SE SUMO EL JOVEN UNA VEZ DESLIGARSE DEL GRUPO DE LA EXCURSION, POR FAVOR.
Dios mio