La situación es crítica y cada vez hay más rumores de una posible huelga en la empresa de televisión Asonga.
Los empleados siguen sin cobrar. No se pueden ni permitir pagar un taxi para ir al trabajo. Uno de los miembros cercanos a Teodorín se ha quedado con las nóminas de los empleados y parece ser, según fuentes de Bata, que Nguema Obiang no sabe lo que está sucediendo en Asonga, porque sus intermediarios se han encargado de hacerle ver que reina la normalidad.
En cualquier momento puede estallar una rebelión dentro de la compañía como sucedió en la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial. Nadie entiende cómo es posible que la prestigiosa corporación tenga a los jóvenes que trabajan duramente para darle vida a la firma, viviendo de préstamos.
Algunos sospechan que no les pagarán lo establecido, y que solo les darán, en forma descarada e injusta, no más que una de las mensualidades adeudadas.
En estos precisos momentos en que se redacta esta nota, los trabajadores ya empiezan a convocar reuniones secretas para encontrarse con el mismo futuro presidente de Guinea Ecuatorial, con el fin de pedirle a él que intervenga para que se les pague lo que se les debe por derecho.
La crisis económica ya está tocando las puertas de los empleados de Asonga, los cuales cobran una miseria en comparación a los extranjeros, con sueldos estos últimos que alcanzan los 6000 euros y aún más.
A toda esta situación, que ya puede considerarse un siniestro de grandes proporciones, se le suma ahora el complot que sufre Emerson Reyes por parte de algunos miembros de su dirección, para sacarlo de su puesto.
Prácticamente tiene un pie fuera de Asonga, y suena cada vez más fuerte la entrada de una ciudadana cubana, que vendría a sustituir a Reyes cobrando una suma millonaria. Este fulminante movimiento se justifica sobre la base del pensamiento que los mismos guineanos tienen acerca de su pueblo, encontrándose a sí mismos incompetentes para dirigir Asonga, y no merecedores de mejores sueldos.
Algunos de los empleados están dispuestos a llevar su cotidiano vivir a través de préstamos, por temor a convocar una revuelta. Nosotros les comprendemos y solidarizamos con ellos, ya que conocemos las duras consecuencias de enfrentarse al régimen.
En Guinea Ecuatorial todos tenemos derecho a vivir en las mismas condiciones. Las riquezas producidas por el petróleo deberían ser una fuente de estabilidad para el país en su totalidad, y no tan sólo para algunos pocos, como es que ocurre. Todos tienen derecho a dar de comer a sus familias. ¿Qué es lo que ha hecho mal este grupo de trabajadores, para merecer un castigo de 60 días sin cobrar su merecido sueldo?.
Se debe respetar al obrero, comprender que su furia, dormida por más de cuarenta años, terminará desatándose.
Antes de que esto llegue a más, no sólo por el temor al caos, si no por un auténtico respeto al prójimo, esta injuriosa deuda tendrá que ser pagada.
No más robos, atropellos, no más intimidación. Ya el pueblo de Guinea Ecuatorial no se deja arrastrar por estas sucias técnicas, ni tampoco lo hace la comunidad internacional, advertida de los vínculos que unen a los mercenarios de diferentes continentes.
Los jóvenes de clase media no son tontos ni pobres mentales, su silencio es síntoma de estar preparándose para el momento oportuno, hoy, mañana, pasado mañana, o en breve…
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Lamentablemente, esto que pasa en Asonga TV es mucho más normal de lo que parece. Son muchas las empresas que hacen este tipo de estrategias de no pagar a sus empleados. Sin ir mas lejos, tenéis el ejemplo en sus compañeros de profesión, TVGE, que también cobran cuando a los de arriba les apetece. Una televisión y ministerio que dan risa.Lo mejor de todo es que a nadie se les cae la cara de vergüenza por eso, todo lo contrario. Se les ve orgullosos y todo!