Más de cien niños, y niñas de Guinea Ecuatorial, malviven en grandes y pequeñas ciudades de nuestro país. Son poquísimos los niños-as que disfrutan de las ventajas que ofrece la vida urbana, como la educación, los servicios médicos y las instalaciones recreativas.
Sin embargo, son innumerables los que carecen de servicios esenciales como electricidad, agua potable, viviendas dignas, y atención de la salud, a pesar de que siempre pregonan lo bien equipado en que está la famosa clínica “la paz” y tenerla cerca. En lugar de asistir a la escuela, un inmenso número de niños-as se ven obligados a trabajar en condiciones de peligro y explotación .
Y muchísimos afrontan constantemente con sus familias las amenazas del desalojo, pese a vivir en condiciones verdaderamente deplorables: en viviendas destartaladas, en asentamientos superpoblados, como los barrios cutres como, Newbille, Bisinga, Lamper, semu ,Etofili, Biyendem, los Angeles, Motofut, Ela Nguema, el verdadero pueblo sipopo, Nbangani, ikunde, Ekuku, Ukomba, Comandachina, Monduasi, Sangay, , mientras que otros disfrutan, y se benefician de los recursos de nuestro país.
Las penurias que sufren los niños-as de nuestro país, suelen quedar ocultas por los promedios estadísticos en los cuales se basan las decisiones sobre asignaciones de recursos, lo que perpetúa esta situación. Debido a que los promedios no hacen distinciones, la riqueza de algunas personas oculta la pobreza de otras, y esto lleva a que los niños-as que ya padecen carencias graves sigan privados de acceso a servicios esenciales.
Cada vez hay más niños-as que crecen en las zonas urbanas . Es imprescindible proporcionarles los servicios y las oportunidades que necesitan para ejercer sus derechos y desarrollar sus capacidades urgentes:
1º- Comprender mejor la magnitud y la naturaleza de la pobreza y la exclusión que afectan a los niños-as en las zonas urbanas.
2º- Definir y eliminar los obstáculos que atentan contra la inclusión de las personas menos favorecidas.
3º – Garantizar que la población urbana, el desarrollo de la infraestructura, la prestación de los servicios y las iniciativas de amplio alcance tendientes a reducir la pobreza y las desigualdades satisfagan las necesidades particulares y las prioridades a la niñez.
4º- Promover la creación de asociaciones entre todos los niveles del gobierno y los habitantes pobres de las zonas urbanas, especialmente los niños-as, y los jóvenes.
5º- Aunar los recursos y las energías de los actores internacionales, nacionales, municipales, y comunitarios en procura de que los niños-as pobres y marginados de nuestro país, puedan disfrutar plenamente de sus derechos.
“Biyang”