Siempre recordaré aquel día en que llegó a nuestros oídos que la Generalitat pretendía aplicar una supresión de la subvención para la matrícula universitaria de un 100% sólo y de manera discriminatoria a los estudiantes extracomunitarios (de fuera de la UE) amparándose en vagas excusas de ausencia de reciprocidad.
No lo podíamos creer. Eso suponía una expulsión inmediata de gran parte de los estudiantes extracomunitarios de la universidad y esto no lo afirmo amparándome en una inferioridad económica del colectivo. Lo afirmo amparándome que cualquier alumno se vería incapaz de enfrentarlo.
Hoy día recuerdo cuál fue nuestra reacción y me enorgullezco del colectivo. Como todos sabemos, los estudiantes extracomunitarios no votan. No son de esos en los que los políticos piensan al hacer sus programas electorales. No obstante, sin ser ‘nadie’ (para sus propósitos electorales) lo conseguimos.
Nos movilizamos y lo conseguimos; presionamos y lo conseguimos; llamamos a puertas, se vieron obligados a escucharnos y lo conseguimos.
¿Dónde me lleva esta reflexión?
A luchar. A creer que es posible y necesario. A ser conscientes de que el desánimo no lleva a ninguna parte y que con la creación del Grupo Afrosocialista es posible. Como y dije en mi anterior artículo en este diario, “la puerta está abierta, pasa y participa”.
El espíritu de las manifestaciones por las tasas a los extracomunitarios siempre ha guiado mi lucha y ese, creo, es el espíritu que debe guiar el reconocimiento pleno de los derechos que como colectivo nos pertenecen.
Fernando Ntutumu Sanchis
