Un centenar de guineanos, estudiantes de Formación Profesional, están siendo agredidos en Harare (Zimbabue), y han tenido que huir de su residencia y esconderse. Siete de ellos, con heridas preocupantes por arma blanca, se encuentran hospitalizados. Son hechos gravísimos. La indiferencia de la dictadura de Teodoro Obiang Nguema -y su ministro de Educación, todo un viceprimer ministro- hace aún más escandalosa la situación. Y el silencio de quienes están diseñando estrategias para heredar un poder corrupto les hace igualmente cómplices de este enésimo episodio del inmenso e innecesario sufrimiento que padecemos desde hace 46 años, los últimos 35 con Obiang Nguema al frente.
¿No proclaman que Guinea Ecuatorial es un país con suficiente nivel de desarrollo? ¿Qué hacen entonces 100 jóvenes en Zimbabue, una de las peores dictaduras y uno de los países más subdesarrollados del mundo? Sospechamos que es otro método para regalar el dinero de todos los guineanos a los amigos de Obiang, a quienes deba favores personales o financia para que se los hagan.
No debería haber estudiantes guineanos en lugares como Zimbabue, cuando ni ellos mismos pueden acreditar que se puede aprender algo allí. Los recursos despilfarrados en tales operaciones de imagen serían mejor empleados en dotar de escuelas y centros de formación profesional a los guineanos en Guinea Ecuatorial. La UNGE debe funcionar como lo que propagan que es: una Universidad que faculte a los estudiantes para ejercer con idoneidad la profesión elegida, y no esta caricatura actual. Sólo deberían estudiar fuera de Guinea Ecuatorial contados jóvenes, aquellos que deban formarse en materias que aún no se impartan en el país, y los que amplíen sus conocimientos en cursos de postgrado. Y a todos los estudiantes, de dentro y fuera, se les deben garantizar condiciones adecuadas para que estudien sin angustias.
Todos los guineanos estamos hartos de que nuestros estudiantes sufran penurias: sin becas, luz eléctrica, libros, material o profesores adecuados. Estamos hartos de que nuestros jóvenes padezcan atrasos en el pago de sus becas, miseria y maltratos en el exterior. Las noticias son recurrentes, con casos de muertes violentas: en China, Marruecos, República Dominicana, Cuba, Turquía, Zimabue…, mañana no sabemos dónde. Estamos hartos de que, mientras nuestros jóvenes intentan formarse entre penalidades, los jerarcas de las empresas públicas, las autoridades educativas y los responsables políticos disfruten de opulentas prebendas, sin la más mínima sensibilidad social.
Si decir estas cosas es delito, según la concepción del régimen, que nos juzguen y encarcelen. Pronto tendrán ocasión. Pero seguiremos haciendo cuanto esté en nuestras manos -y en nuestra inteligencia- para normalizar la vida de todos los guineanos. Mientras tanto, sólo podemos expresar hoy nuestra impotencia ante los heridos y hospitalizados, ante esos jóvenes escondidos y amedrentados en un país desconocido. Tienen nuestra plena solidaridad. Es lo único que podemos ofrecerles hoy, junto a nuestra firme determinación de seguir haciendo lo imposible para que jamás ningún guineano vuelva a pasar por estas situaciones trágicas, cuando son perfectamente evitables. Recuperaremos nuestras libertades y dignidad, y la gestión racional de los asuntos públicos.
Por cierto: ¿Obiang habló ya con su amigo Mugabe? ¿Qué explicaciones ha exigido y recibido? ¿Qué gestiones realiza el Ministerio de Asuntos Exteriores? ¿Qué información ofrece el Ministerio competente a las angustiadas familias y a la población? ¿O son organismos ficticios, como cuanto dicen que hacen en ese país “democrático” y “desarrollado”? Queremos respuestas. Transparencia y gestión eficaz son necesarias para el éxito del Diálogo. Basta de palabrería.
En el Exilio, 26 de Octubre de 2014
Por la Comisión Ejecutiva Provisional
Donato Ndongo-Bidyogo Makina
Presidente