Durante la celebración de la Tercera Conferencia Política de la Facción del Partido del Progreso de Don Severo Moto Nsa el pasado 10 de diciembre de 2014, el encargado de la comunicación de la facción Francisco Moto, entrevistó a varios militantes y dirigentes del PPGE por medio del canal de televisión SVM.
Una de las preguntas que más destacó, fue aquella que tenía como objetivo saber qué opinan los miembros del PPGE sobre los jóvenes residentes con su participación en la política de Guinea Ecuatorial, Rigoberto Abá Bikie, fue uno de los políticos jóvenes que contestó con absoluta seguridad sobre la pregunta expuesta: «quiero decirle a los jóvenes que el mundo no se arregla hablando, las libertades no se regalan, se debe luchar para conseguirla así como para conseguir tener un país decente y democrático, toda persona debe saber y conocer sus derechos, y éstos deben ser respetados. Hasta hoy Obiang está inculcando a todos los jóvenes que miren por la familia, que el tiempo pasa».
El militante de Severo Moto, prosigue con contundencia en su exposición «Estas chorradas no sirven para nada, porque una persona muere luchando, muere en busca de su dignidad». Entre otras cosas, Bikie demuestra su desprecio hacia los guineanos que han fallecido por enfermedades, ya que según dice «El que muere por pandemia, diarrea o tifoidea en Guinea Ecuatorial, muere como un carbón y nadie se acordará de él»
Nos parece ya bastante penoso que un ser contagiado por cualquier enfermedad que le lleve a la muerte, no se le haya podido ver por un especialista en el siglo en el que estamos. Que ésta persona, Rigoberto Abá Bikie, por vivir entre los privilegiados se digne a insultarles cuando es tan digno aceptar la muerte en una batalla sea ésta en la lucha por tus derechos como en la lucha contra la muerte que está acechando a tus pies. Es más, nos avergüenzan sus palabras como persona, como vecinos de este planeta.
1 Comment
Severo Moto acude de nuevo a José María Aznar para gobernar Guinea Ecuatorial
(El Observador)
El autoproclamado “Presidente del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio”, Severo Moto, suele definirse así mismo como un hombre extremadamente católico y líder democristiano, base de la ideología de su proyecto político, según dice. Esta fe inquebrantable en unos dogmas inamovibles e indiscutibles parece haberla trasladado al ámbito de la política. Y es que “el Presidente” cree a pie juntillas lo que sus gurús –asesores– españoles le proponen con relación a su deseo de gobernar Guinea Ecuatorial, incluso cuando las circunstancias indican que determinadas propuestas son inaceptables en un momento concreto.
Esta vez, en el marco de su alianza “de facto” con la CORED-Emly y de lo que llaman “Condiciones de París”, Severo Moto ha propuesto de una forma más vistosamente democrática, la intervención de José María Aznar como observador en el proceso de diálogo de salida pactada de Obiang del poder. Y lo hace a sabiendas de que para Obiang es inadmisible cualquier rol de Aznar en los asuntos políticos de Guinea Ecuatotorial por su presunta vinculación a la financiación irregular y secreta al Partido del Progreso en los 90, a través de Luis Bárcenas, exgerente y extesorero del Partido Popular español; la formación del “Gobierno en el Exilio” de Severo en 2003, y a la intentona de invasión mercenaria contra Guinea Ecuatorial para derrocar a Obiang y situar a Severo en el poder en 2004.
A raíz estos antecedentes, es casi seguro que José María Aznar López no puede actuar con la necesaria neutralidad en un proceso de diálogo político en Guinea Ecuatorial con Severo Moto como candidato a Presidente, menos todavía si su objeto es echar a Obiang del poder. Sin embargo, Moto, guiado por sus gurús occidentales, sigue convencido de que sin Aznar sus aspiraciones no pueden hacerse realidad, con lo que ha vuelto a acudir a él en una operación de camuflaje para que la opinión ciudadana no se dé cuenta. Para ello, ha usado su alianza fáctica con la CORED-Emly, y ha propuesto para Aznar la modesta función de observador junto a otros exdirigentes y entidades extranjeras. Aún así, existen evidencias de sus intenciones cuando propone a los mismos efectos –como observadores– a exmandatarios occidentales que gobernaban sus respectivos países en el periodo de la citada intentona mercenaria, los cuales, de alguna manera, pudieron haber consentido la operación aunque no la apoyaran expresamente como José María Aznar. Se trata de George W. Bush (EE.UU.) y Tony Blair (Reino Unido):
“…Recordamos que la CORED y el PP, han propuesto como observadores: …, Geoge W. Bush (Ex Presidente de EE UU), Jose Maria Aznar (Ex Presidente del Reino de España), Tony Blyr (Ex Primer Ministro del Reino Unido),…” (coalicioncored.es).
Conviene precisar que estos mismos exdirigentes llevaron a cabo la invasión y posterior ocupación de Iraq en 2003 –tipificada como acto de agresión en Derecho Internacional–, en contra del criterio del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que abogaba por que sus Inspectores prosiguieran con sus labores de investigación sobre la supuesta existencia de armas de destrucción masiva en territorio iraquí, armas que al final no se encontraron. Antes de la invasión, el entonces Secretario de Estado de Estados Unidos, Colin L. Powell, no consiguió convencer a todos los Miembros permanentes del Consjejo de Seguridad de que se adoptara la resolución pertinente, que legimara el recurso a la fuera armada contra Irak al amparo del Capítulo VII de la Carta. El proyecto de resolución en cuestión, que requería una mayoría de nueve votos favorables de los Miembros del Consejo de Seguridad, incluidos los votos afirmativos de todos los Miembros permanentes según la Carta –que tienen derecho a veto– para su aprobación al ser una cuestión de fondo, fue rotundamente rechazado, incluso por Francia, menos por Estados Unidos y Reino Unido.
Sin embargo, Bush, Blair y Aznar llevaron adelante la invasión y la ocupación de dicho país, creando de este modo al “Estado Islámico actual” como consecuencia colateral, y son ahora quienes, a juico de Severo Moto, gozan de la requerida neutralidad internacional para actuar como observadores en una Mesa de Diálogo Político en Guinea Ecuatorial para pactar la salida pacífica de Obiang de la Jefaura del Estado. Como se dice entre nosotros: “Los peces le han visto el anzuelo”.
El presunto apoyo a la democracia en África que promete ahora el Presidente francés, François Holland, solo es creíble para personas que aprovechan el hermetismo de los regímenes de concentración de poderes africanos para esconder sus pretensiones de gobernar a cualquier precio sus países. Este supuesto apoyo ha llevado a Severo Moto a un intento de acercamiento al Elíseo ante el silencio de José María Aznar y la indiferencia del Partido Popular español a sus planes. Y para evitar sombras en su camino, Severo Moto ha adoptado la estrategia de huir de cualquier coalición o acercamiento a una personalidad o partido politico relevantes, prefiriendo rodearse de “cachorros” fácilmente manipulables, muchos de ellos, con gestos y expresiones manifiestamente antidemocráticos. El saludo nazi de su jefe de seguridad en Berlín, Damián Motú (Muti), o las alusiones denigrantes a los fallecidos por parte de su jefe de comunicación, Rigoberto Abá (Rigo), no dibujan la imagen de un partido político de ideología democristina.
El Observador