GUINEA ECUATORIAL | LIBERTAD DE PRENSA: Sin prensa libre tampoco existe pueblo libre. La libertad de prensa es la ventana que orea a las demás libertades. Minúsculo país como Guinea Ecuatorial, ahogada en perversión democrática tras 24 años, no puede presumir ni por desliz de gozar de una democracia, como a menudo hace alarde el régimen de Malabo, dirigido con bota militar y puño de hierro por el déspota Teodoro Obiang desde agosto de 1979 Obiang es uno de los despiadados predadores de la libertad de prensa en el mundo y su país está de entre los diez más liberticidas del mundo.
La transición democrática decretada oficialmente en 1991 es única en África negra y en el mundo. Se reprime la libertad de prensa y quienes se osan a ejercerla se exponen ante la maquinaria cruel del sistema.
Cuando un país y sus dirigentes hacen apología de democracia en ausencia de la libertad de prensa hay que creer que estamos frente a unos individuos vampirizados, auténticos elefantes blancos, que no tienen el mínimo contacto con la realidad, más bien creen y, de hecho, viven en un submundo subyugado a la abyecta sin razón y cerrazón. El reino de la ignorancia.
La tolerancia de la libertad de prensa es el barómetro con el que se mide el resto de los derechos públicos y fundamentales. Por tanto, sin prensa libre, no se puede hablar de una sociedad abierta, libre y democrática.
Sin embargo, el régimen guineano, campeón en violación sistemática de los derechos humanos, de la represión de los ciudadanos que intentan hacer uso de las libertades de prensa, expresión, opinión o manifestación, está granjeado no sólo por la vista gorda de países democráticos occidentales, sino por su apoyo tácito, ávidos de intereses económicos con la explotación gratuita de recursos naturales, fundamentalmente el petróleo.

Cuando se registran graves escándalos de violación de los derechos humanos en el país centroafricano, la comunidad internacional y los denominados países democráticos occidentales y Estados Unidos miran para otro lado.
Las virulentas críticas de organizaciones internacionales en materia de libertad prensa como Reporteros sin Fronteras y otras ong’s especializados en derechos humanos a penas atraen la atención del mundo civilizado y democrático. La crisis sociopolítica guineana se ha convertido en mero asunto doméstico que no transciende más allá de sus fronteras, pero no así el interés de los países civilizados en estrechar cada vez más buenas relaciones comerciales con uno de los países más tiránicos del mundo.
La desesperada oposición interna que si quiera goza de libertad de movimiento en el territorio nacional clama, siempre en vano, la atención de una comunidad internacional que hace apología de valores que no profesa cuando se trata de África negra y sobre todo cuando los intereses comerciales están por medio, como es el caso de Guinea Ecuatorial, único Estado negroafricano que no tolera la libertad de prensa ni el uso de ningún otro derecho básico inherente a los ciudadanos, a pesar de haber firmado y ratificado todos los Tratados y Convenios internacionales en materia de libertades públicas y fundamentales.
Teodoro Obiang, implacable déspota mimado por occidente ha plasmado en su proyecto político que quizás a partir de 2020 empezará a pensar si puede otorgar a sus súbditos ciertos derechos contemplados en su Constitución semántica.
Hostigamiento a medios de la diáspora
No contento por convertir su país en un gigantesco campo de concentración dónde la más mínima crítica equivale a una sentencia de muerte, el régimen de Malabo, mediante sus lobbys, acosa constantemente a medios digitales guineanos de la diáspora con sutiles denuncias e incluso recurriendo a prácticas delictivas para bloquear sus emisiones. En el país dichos medios están sitiados y redirigidos a la web propagandística del régimen. En el peor de los casos emprende acciones judiciales contra sus promotores para lograr su cierre legal en Europa. Las redes sociales como facebook están cercadas para que los súbditos guineanos no se informen de las críticas contra el sistema o participen en el debate público sobre los temas que les afectan. Igualmente mantiene bloqueadas las webs de medios internacionales que rara vez publican artículos críticos contra el régimen.
Propaganda internacional
Empero, el régimen invierte cuantiosas cantidades de dinero en financiar la prensa internacional para su lavado de imagen. En los últimos años ha logrado crear y financiar medios de comunicación social panafricanos basados en París. Mientras, los propios medios de titularidad estatal, fundamentalmente la radiotelevisión, adolecen de la mínima financiación para crear programas propios. El régimen sabe que no gozan de audiencia interna por sus líneas de información, únicamente consagradas al narcisismo político, propaganda oficial y triunfalismo político.
Conclusión
Democracia bananera en un país bananero. Intentar ejercer la democracia en ausencia de una libertad de prensa y demás derechos públicos no es sino un insulto a la inteligencia y una burda estrategia de huida hacia adelante. La sociedad guineana, aun dentro de ese oscurantismo, algún día despertará de su letargo y se jugará a todo para conquistar sus libertades. En definitiva poco o nada tiene que perder. Sólo entonces la comunidad internacional y los países democráticos occidentales que hoy sostienen al régimen por intereses comerciales sabrán lo que exactamente ha ocurrido en Guinea Ecuatorial respecto a la violación sistemática de los derechos humanos y el terrorismo de Estado practicado por el actual régimen.
Sin prensa libre no se puede hablar de un pueblo libre.
PEDRO NOLASCO
*Es periodista, freelance, corresponsal de Reporteros sin Fronteras, presidente de la Asociación para Libertad de prensa y de Expresión en Guinea Ecuatorial (Asolpege-Libre) y activista político.
1 Comment
Una cosa es Libertad de prensa y otra es Libertad de expresión.
Obviamente en Guinea Ecuatorial está y existe la Libertad de prensa porque son tantas las registradas oficialmente y estan a salvo por la línea que mantienen: adulación a la persona de Obiang, su régimen y su partido PDGE.
La Libertad de expresión es lo que persigue Obiang y su régimen, poniendo como frente su partido PDGE. Aquí es donde ningún ciudadano puede hacer uso de la prensa libre para expresar líbremente lo contrariio de lo que piensa y/o el malestar de lo que ocurre en o vé de su entorno. Precisameente, es en esta libertad de expresión donde Obiang pronostica su caida y opta por redirigir a los medios digitales guineanos a la web propagandística del régimen para que los ciudadanos «guineanos no se informen de las críticas contra el sistema o participen en el debate público sobre los temas que les afectan». Esta es la lacra de GE: NO HAY LIBERTAD DE EXPRESION EN MEDIO DE LA LIBERTAD DE PRENSA QUE EXISTE EN EL PAIS.