| Una de las esposas de Alejandro Envoro Ovono, figura clave del clan de Mongomo, admite en un audio haber pagado 10 millones de francos CFA a un alto cargo del Ministerio de Aviación Civil para obtener autorizaciones para su empresa. |
En Guinea Ecuatorial, donde el poder está monopolizado por un puñado de familias conectadas por sangre, negocios y lealtades políticas, los favores se compran y las instituciones se alquilan.
Uno de los nombres que genera silencio en los pasillos del régimen es el de Alejandro Envoro Ovono, fundador de Punta Europa Aviación SL y cacique del distrito de Mongomo, bastión del dictador Teodoro Obiang. A su lado, una de sus esposas, María Cristina Mikue Obiang Nchama, ha logrado construir su propia red de influencia basada en apellidos, conexiones familiares y pagos en efectivo.
En una serie de más de 100 audios grabados clandestinamente desde 2021 por su socio español José Luis García, y entregados a Diario Rombe por un denunciante anónimo, Mikue admite abiertamente haber sobornado a un alto funcionario del Ministerio de Aviación Civil —al que identifica como Alfonso, sobrino de su esposo Alejandro Envoro—, para obtener manuales técnicos esenciales para operar su compañía.. La operación se camufló, según Mikue, a través de Andoga, una empresa del propio Alejandro Envoro. El pago no dejó rastro legal. No hubo factura. No pasó por Punta Europa. Solo efectivo..
“Alfonso es sobrino de Alejandro y me está sacando un dinero. Ayer mismo le mandé a las oficinas de Andoga a cobrar 10 millones de francos, que no tienen nada que ver con Punta Europa, solo para que nos aprueben todos los manuales. […] Aquí no hay ninguna factura. Yo le mandé a Andoga ayer. ¿Por qué? Porque algo que puedo pagar a 5.000 euros, si lo pago a 10.000 y me ahorra 50.000, yo lo pago.”, confiesa Mikue en un audio de 1:04 minutos.
El dinero manda
La grabación revela una práctica sistemática de corrupción interna en el Ministerio de Aviación: pagos informales, relaciones familiares entre empresarios y funcionarios públicos, y un uso instrumental de las estructuras del Estado. Mikue menciona además a Ángel Ronda Corrochano, director técnico de Punta Europa Aviación y ex directivo de la empresa pública HANGESA, como pieza clave en la operación:
“José, lo que hace funcionar es el dinero. De no pagar nada, no habría nada. Ángel nos ha buscado a los técnicos de Aviación Civil, los mismos que tienen que aprobar los manuales. ¿Sabes cuánto dinero nos ahorramos si lo hacen ellos directamente?”, afirma sin reparos.
El caso revela mucho más que un soborno aislado. Expone cómo la red familiar de Alejandro Envoro Ovono, con al menos siete esposas y 36 hijos reconocidos, controla de forma efectiva partes del aparato estatal.
Mikue, lejos de ocultar su poder, lo ejerce con desparpajo. En los audios, amenaza ministros, exige favores y actúa como si su apellido le otorgara impunidad. Y, en efecto, así es. Como explica una fuente cercana a Aviación Civil: “Mencionar su nombre provoca incomodidad. Todos saben que es intocable. Es la mujer del poderoso Alenvoro”.
Este episodio confirma que el Ministerio de Aviación Civil, como tantas otras instituciones en Guinea Ecuatorial, está infestado de prácticas clientelares. La obtención de manuales, autorizaciones y certificados técnicos se ha convertido en un mercado negro controlado por quienes tienen apellido o dinero. O ambos.
La confesión grabada de María Cristina Mikue no es una excepción. Es una ventana a la normalidad institucional de un Estado secuestrado por redes familiares que han sustituido la ley por el parentesco, y la ética por el chantaje.
