Amablemente, voy a proceder a situar al lector en el contexto en el que nos hayamos, es decir, la jungla. El mercado de negocios de la República de Guinea Ecuatorial es lo más parecido a una jungla, la jungla jamás nunca vista hasta la fecha. Bien lo sabía el difunto Pocero, que en paz descanse, él al menos tuvo el valor de intentarlo… En pleno siglo XXI, las decisiones todavía se siguen tomando a la voz de ordeno y mando y hágase mi santa voluntad y la falta de conocimiento técnico de las personas que toman las decisiones de las empresas públicas ecuatoguineanas es más que preocupante.
¿Que qué han hecho ahora?, decidir reducir los salarios unilateralmente a la mitad, bajo el amparo del siguiente cántico: ¡yo soy antorchón, antorchón, y antorchón!… Se comportan como hooligans, hooligans del desconocimiento y desconcierto. Se vanaglorian y se jactan de aquello.
Pese a que no existe instrumento jurídico alguno que, dé respaldo a tal decisión -es decir, es una decisión ilegal-, el pasado 01 de abril del año en curso (Nota de servicio), el reciente nombrado Director General de Ceiba Intercontinental, Alfonso Osa Nguema, rubricó la temprana y desproporcionada decisión de “reducir un cincuenta por ciento el salario bruto del personal”.
Se supone que la medida tiene carácter provisional y que será hasta que dure la suspensión de la operativa de la empresa pública de aviación, pero, miedo me dan, a ver quién es el guapo que se fía de la palabra de éstos, que la Navidad se supone que dura dos semanas y vayan ustedes a BANGE; en verano, siguen colgando las guirnaldas y lucen los árboles del periodo estival mencionado.
¿Pero y a qué se debe la paupérrima y pésima trayectoria de las empresas públicas ecuatoguineanas?
Pues sin ser un lumbreras les diré, que se debe única y exclusivamente a un problema de gestión, las personas que toman las decisiones no tienen la formación suficiente, no se han leído en su vida el Acto Uniforme sobre Sociedades Mercantiles de la OHADA y actúan con total desconocimiento y lo que es más grave, con total impunidad.
En el proceso constituyente de una empresa normal, se suscribe y desembolsa el capital social, en una empresa ecuatoguineana, lo primero de todo es legalizar los Estatutos de la entidad -a veces, ni eso-, no se desembolsa el capital social y se sale a la calle gritando que uno o una ya es empresario/a…
Se empieza así y se continúa durante el ejercicio económico peor, de tal suerte que al cierre del ejercicio y tras la constatación de que se han obtenido beneficios -como no se van a obtener beneficios, si no pagan impuesto alguno y gozan de todas las exoneraciones habidas y por haber- no se dotan reservas legales, ni voluntarias.
He aquí la clave de la cuestión, ¡reservas!, cantidad económica que se ha de aprovisionar año a año en caso de haber tenido un ejercicio económico de signo positivo, para que en caso de que tengan lugar tiempos difíciles, se pueda hacer frente a las contingencias del día a día, derivadas de la gestión e implementación de una actividad económica.
Pero no, en la República de Guinea Ecuatorial, vamos a otro ritmo… Y lo que más impotencia me genera es que, jamás se reprende a nadie públicamente por su mala gestión. Ruslan Obiang, el héroe ecuatoguineano por excelencia, de guante blanco, ex – Director General Adjunto de Ceiba Intercontinental, me pregunto si duermes bien todas las noches y me lo pregunto porque se de buena tinta que nos lees. Empresa pública en la que trabajas, y digo bien, en la que trabajas y no para la que trabajas, empresa pública que j****.
Ruslan Obiang, no tienes, ni tendrás nunca jamás, perdón de Dios.
Por: Nzuma