Por: Luciano Ndong Esono Oyana. Militante del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial |
El partido del Progreso de Guinea Ecuatorial está experimentando una situación tan inusitada como ignominiosa en los últimos días. No es tanto lo desafortunado que resulta presenciar a modo de expectante cómo se evidencia con actores reales la crónica de un desastre anunciado, sino más tristeza provoca ver cómo gente que confiesa amor incondicional al proyecto, lo debilitan día sí y otro también.
Hemos podido observar con estupor, comportamientos y reacciones de destacados miembros del Partido del Progreso en estos últimos tiempos. Seguir mirando como un concurrente más, sería engañarme a mí mismo. Creo que alguien debe recordar a todos que hay trabajo por hacer y un proyecto tan importante no se acaba porque haya habido un relevo tras 38 años. Los relevos en las direcciones de los partidos que dicen ser democráticos, son simplemente saludables, en efecto, si sigue teniendo valor para nosotros la lucha por Guinea Ecuatorial, debería nuestro partido salir de esta situación más reforzado si cabe y más cohesionado. No hay duda de que esto nos ayudará a darnos cuenta de que, determinadas formas de gobernar, ya no sirven para los tiempos que corren. La vieja manera de dirigir sin admitir una oposición interna que ayude a extender el abanico de visión del líder, tiene sus días contados. Es necesario avanzar hacia otros métodos de gobiernos, hay que escuchar y atender, querer aislar a las voces que critican determinados procedimientos con los cuales se dirige una institución, sólo llevan al desastre. El mundo ha cambiado y con él, la manera de actuar de la gente. Nadie es autosuficiente y menos aún, cuando se trata de dirigir un grupo humano. El partido necesita innovar, necesita encontrar espacios de debates, encuentros que sirvan para agrandar nuestra historia y no empequeñecerla. Hacer autocrítica, no nos hace diferentes, nos hace especiales. Nos hace mejores. Habría sido preferible que el presidente Moto presentará su dimisión en una asamblea incluyente, convocando a todas las corrientes o sensibilidades del partido, pero no fue así. Por algo se aprende y los que pertenecemos al Partido del Progreso, hemos de aprender con lo que está pasando. Ahora si cabe, debemos profundizar en una reestructuración y refundar el partido. Han sido 38 años bajo una dirección y eso, no puede acabar de otra manera
En los últimos años, el partido del progreso ha perdido su espacio político a nivel nacional e internacional cuya recuperación requiere de una reestructuración. Requiere de una refundación, eludir ese análisis, era el caldo de cultivo perfecto para un desastre como el que estamos todos presenciando en los últimos días.
Severo presentó dimisión irrevocable y unos días después, salió para sugerir el apoyo de la militancia a la nueva presidencia. Ignorar estos pasos, sería la muerte súbita del partido del progreso dado que eso, lo vio y lo supo todo el pueblo guineano. Armengol aceptó dirigir el partido hasta el congreso y ese es el punto de partida.
Si los estatutos de nuestro partido no habilitan prerrogativa alguna a los expresidentes, el presidente Moto no está facultado para convocar una reunión, tampoco para cesar a un presidente interino, ni a ninguno de los miembros de la nueva ejecutiva. Estos comportamientos invitan a interpretaciones que van más allá de la lógica. Tratemos de evitar conductas que puedan manchar la imagen y las siglas que comportan nuestro partido político. No hace falta recordar aquí que en política los errores se pagan.
Nada de lo aquí escrito es para degradar el legado del presidente Moto quien consiguió que nuestro partido fuese un referente en la política de nuestro país y con una proyección internacional envidiable. Mis diferencias con sus métodos de dirigir el partido en los últimos años, no me imposibilitan reconocer esa herencia. Esos éxitos. El de un hombre que lo dio todo por ayudar a nuestro pueblo.
En el curso natural de las cosas, y con lo que hemos asistido en los últimos días, el relevo ya está hecho lo que desde aquí sugiero es esquivar un enfrentamiento innecesario que sólo sirve para profundizar en la herida, ahora nos asiste la obligación de encontrar una solución a lo que ha podido pasar, y avanzar unidos. Encontrar soluciones acertadas, jamás podría residir en la capacidad de un solo individuo, el equipo con su idoneidad colectiva, garantiza las probabilidades de hallar la mejor infusión para los problemas por muy complejos que sean. Hallemos remedio en el encuentro y no en posturas que dividen y que nos llevarían con mucha facilidad al desastre como institución. Reconocer que nuestro partido es hoy por hoy irrelevante en los organismos donde era respetado y gozaba de una deferencia indiscutible, no es un defecto, por lo tanto, estos enfrentamientos sólo sirven para dar munición y argumentos a la dictadura. Debemos estar dando imagen de solidez política y sobre todo, en estos momentos en que se está agonizando la dictadura
El Partido del Progreso no puede soportar dos cabezas visibles, la sensatez aconseja aceptar que, a partir de estos momentos, Armengol es el presidente del Partido del Progreso de Guinea Ecuatorial, por determinados artículos de los estatutos y por el apoyo explícito recibido del presidente anterior D. Severo Matías Moto Nsa.
No es difícil pensar que la espera por volver a casa, ha podido hacer mella en nuestra conducta a la hora de analizar y ejecutar determinadas acciones y sobre todo las enmarcadas como acciones políticas. Una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y bajo un mismo aspecto. Somos un partido con una trayectoria, un partido que consiguió movilizar a nuestra sociedad y este desafortunado momento, no puede mermar nuestra cabida como un conjunto de hombres y mujeres dispuestos a todo. No hay duda de que hemos actuado de manera poco regular desde hace tiempo, decir que esta situación nos ha sorprendido sería mentir, tampoco resulta convincente decir que Armengol es un desconocido después de 36 años trabajando junto al presidente. Igualmente, si tenemos en cuenta el orden jerárquico del partido, carece de sentido manifestar que el consejo geográfico debió decidir sobre el consejo nacional liderado por el presidente del partido, para la toma de esa decisión. Por lo tanto, todo lo que se ha dicho en estos últimos días sólo ha servido para corroborar que nuestro partido, era sólo una apariencia. Aseverar que a la ficción le habían hecho un hueco en la mesa de “honor” de nuestro partido, es hoy por hoy innegable. Trabajemos a partir de este momento para evitar todo lo que ha pasado, reforzar los eslabones que componen el partido y avanzar hacia el objetivo final que es acabar con la dictadura de Guinea Ecuatorial.
Insisto, ha llegado el momento de apuntalar el proyecto del partido y conducirlo hacia su primer congreso. Ningún miembro sobre las personas nombradas en las nuevas ejecutivas es anónimo, todos son del partido, con lo cual, le corresponde en estos momentos a Armengol como presidente interino reforzar su ejecutiva haciendo las cosas como se debe y dentro del consenso y legalidad que se requiere. Yo seguiré exigiendo que las cosas se hagan bien, no apuesto por nadie, excepto por el proyecto. Por eso creo que todos somos prescindibles. Quien apuesta por las personas, siempre acaba perdiendo. Pero si apuestas por el proyecto, jamás perderás. Los proyectos pueden experimentar modificaciones, transformaciones, pero, siempre permanecen.
Que el Señor se apiade de nosotros.