Por: Dr. Samuel Mbá Mombé, Representante del Partido CORED en Camerún
Como dice en una de sus canciones el canto-autor guineo-ecuatoriano Bessoso, “las palabras no pueden expresar lo que yo quisiera”. Es lo que me pasa en relación con la muerte repentina de nuestro compañero de lucha Antonio ALO NGUEMA alias Toni Aló. En el momento de escribir estas líneas todavía me parece como si hubiera tenido una pesadilla pero la confirmación de la noticia me hace aceptar esa triste realidad.
Toni Aló viene a engrosar la larga lista de los hijos de Guinea Ecuatorial fallecidos lejos de las tierras que les vieron nacer. El mundo es tan injusto que personas que han consagrado toda su vida en la lucha por las libertades democráticas en nuestro país tengan que morir sin haber visto cumplido su sueño. Toni Aló es una de esas personas que han sacrificado sus vidas muriendo en el exilio y en la lucha contra las injusticias y arbitrariedades persistentes en nuestro país. La historia rendirá homenaje póstumo a esos compatriotas. Si ellos no podrán estar presentes en el día D, los que lo verán se acordarán sin duda de ellos.
Toni Aló es uno de los compatriotas que han caído en el frente pero los que seguimos en vida no podemos tirar la toalla sino continuar en la lucha a fin de que esos compatriotas puedan descansar verdaderamente en paz. Cada compañero de lucha que tengamos que enterrar en el exilio o en el interior del país debe significar para nosotros un despliegue de fuerzas para acelerar la caída de la oligarquía que mal gobierna nuestro país hace 38 años. Todos están contra nosotros incluso la muerte que sólo lleva a los mejores hijos de nuestro país para dejarlo en manos de unos malhechores y delincuentes. Es muy triste esta situación pero tampoco sería de recibo continuar sólo lamentando sino trabajar para poner fin a la barbarie impuesta por las armas en nuestro país por unos desalmados. Basta ya de lamentaciones. Ya es momento de unirnos para asestar un golpe decisivo a la dictadura. Dejemos a parte todas nuestras maniobras de distracción y pensar que a cada uno de nosotros le puede llegar la muerte en el momento inesperado y se preguntaría: ¿a qué nos sirven las querellas y los desencuentros permanentes?
El objetivo de nuestra lucha debe ser la dictadura y esto ya se ha dicho hasta saciar pero parece que algunos piensan que la vida es elástica que se puede alargar al antojo de cada uno. Pero la vida no es elástica y puede ser muy corta de lo que pensamos. Si queremos ver libre nuestro país dejemos las niñerías a parte y obremos como personas responsables y así nos tomaran en serio. Por el amor de los que nos están abandonando busquemos los puntos de encuentro e ignorar lo que nos pueda separar ya sea en política como en privado y pensemos en nuestro sufrido pueblo que tanto necesita de nosotros.
Seamos sinceros con nosotros mismos. La mayoría de los fracasos que hemos tenido han sido a consecuencia de nuestra propia incapacidad de consolidar nuestras estructuras como oposición. Hemos tenido tiempo y posibilidades para formar una oposición díscola y bulliciosa que hubiera sido capaz de ganar una mayor simpatía y apoyo tanto externo como interno pero las ambiciones personales, las traiciones, el oportunismo de algunos han hecho que la articulación de un proyecto político de envergadura sea imposible dejando a la llamada oposición sea interna como externa en punto muerto y a merced de la dictadura.
Sólo nos queda responder a las preguntas: ¿QUÉ HACER? Y ¿CON QUÉ EMPEZAR?
No podemos seguir con la política barata de levantar la bandera de la oposición para mejor destruirla. Demostremos lo que somos capaces. Todos los caminos llegan a Roma dice un refrán y la oposición no debe descartar ninguno de ellos. Olvidemos de la comunidad internacional o de los países llamados democráticos de este mundo injusto. España, Francia, EE.UU. China y otros están en Guinea por sus propios intereses pero no para resolver los problemas de nuestra población pobre y mísera. El robo y el despilfarro de nuestras riquezas por los unos y los otros ha condenado a nuestro pueblo a soportar hasta que Dios quiera o mejor dicho hasta que Dios nos lleve a todos sin haber disfrutado ni de la libertad y de las riquezas que la naturaleza nos ha regalado por lo que la solución de nuestros problemas está en nuestras manos y es de cobardes esperar que vengan otros a resolverlos. Es bien conocido que las generaciones miedosas no hacen historia, la sufren. Ha llegado el momento de plantar cara a la dictadura que es el único escollo a salvar para instaurar en nuestro país un verdadero Estado de Derecho, Soberano y Democrático.
La oposición democrática no satelizada ni controlada por el régimen debe redefinir sus estrategias de cara a un verdadero proceso de democratización que va más allá de un simple reparto de poder o participación en las Instituciones del Estado. El nuevo planteamiento debe ser el fin de las arbitrariedades, asesinatos selectivos, secuestros, encarcelamientos extrajudiciales, la corrupción institucionalizada, el saqueo de nuestras riquezas, el enriquecimiento ilícito, el nepotismo, el clientelismo, el favoritismo y demás males que han causado el retroceso socio-económico y político sin precedentes que conoce actualmente nuestro país.
La consecución de estos objetivos sólo es posible si la oposición a la dictadura deja de ser nominal o instrumento que manipula el régimen a su antojo en un intento por lavar su destartalada imagen ante la llamada Comunidad Internacional.
Las luchas intestinales de los actores políticos de la oposición han destruido las raíces de un proyecto que nació con la vocación de acabar con las dictaduras impuestas en el país desde su accesión a la soberanía nacional. La obsesión de algunos de ocupar la silla presidencial y el entreguismo de otros a la dictadura han acabado con las esperanzas del Pueblo de verse algún día liberado de la miseria y pobreza de las que son responsables los actuales dirigentes de nuestro país.
Los que decimos ser de la oposición debemos pronunciarnos abiertamente y sin ambages sobre nuestro Proyecto de cara a poner fin al actual estado de cosas en nuestro país. Las críticas que hacemos al régimen deben ir acompañadas con acciones concretas tanto en el interior como en el exterior. No podemos contentarnos con un solo frente sino atacar por todos los lados, hacer escuchar nuestros llamados no sólo en Internet sino organizando protestas y concentraciones donde quiera que estemos. El sacrificio merece la pena siempre y cuando que se trata de salvar miles de almas condenadas a soportar un régimen dispuesto a destruir el país moral y materialmente con justificaciones políticas no probadas.
Una realidad que debemos aceptar por mucho que nos duela es que la oposición ha decepcionado al Pueblo lo que justifica la apatía y la desidia que se vive hoy en día en Guinea Ecuatorial. Sabemos que el fenómeno dictadura en nuestro país no lo borraremos con una varita mágica sino con el compromiso firme de luchar sin escatimar esfuerzos ni sacrificios. Nos conocemos casi todos los que decimos ser de la oposición y conocemos también la trayectoria política de cada uno en sus filas. El pueblo también ya nos conoce lo que es bueno y una ventaja para los que de verdad han demostrado su firmeza en la lucha a pesar de las dificultades de toda índole que muchos tenemos que soportar.
Esta firmeza de ciertos líderes políticos puede seguir alimentando la esperanza del Pueblo si estos de una vez por todas pueden unirse en un frente común para luchar contra la dictadura. A pesar de las cosas que nos separan, creo que somos capaces como gente civilizada, adulta y responsable dejar de lado las acostumbradas rencillas sin sentido y ponernos a trabajar para garantizar un futuro mejor para nuestro pueblo. Un futuro sin dictadura, es decir instaurar como se ha dicho un verdadero Estado de Derecho que garantizará el desarrollo armónico con la participación de todos sus hijos. La oposición sigue contando con mentes pensantes, con personas de probada solvencia moral, intelectual y profesional capaces de liderar la transición hacia la democracia. Una reserva humana que debemos movilizar para dar fe y confianza a nuestras futuras acciones.
Descansa en paz paisano.