Las principales ficciones del autonombrado “Presidente en el Exilio”, Severo Moto

La otra cara del fracaso anticipado del Diálogo Político Nacional

Como político, la personalidad del autoproclamado “Presidente del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio”, Severo Moto, dada su extrema rareza, debería ser objeto de estudios por parte de psiquíatras. Con narcisismo exacerbado y lejos de rectificarse, Severo Moto es un político que se considera más querido cuanto más es criticado por sus ficciones, con sentimientos de orgullo con tal de que sea muy nombrado, aunque fuera para desmontar sus inventos. Interpreta las críticas a sus extravagancias como admiración a su persona, gestión y liderazgo. De este modo, convierte en sus admiradores tanto a sus simpatizantes como a sus críticos, lo que le aleja todavía más de la posibilidad de rectificación, y de la necesaria prudencia que ha de tener todo político sobre cuestiones especialmente sensibles de cara al electorado.

A Severo no le importa manifestar abiertamente su odio al distrito de Mongomo o a la etnia Ndowé, como no le interesaran sus votos en unas hipotéticas elecciones libres en Guinea Ecuatorial. A continuación vamos a resumir sus principales invenciones que propaga conscientemente para asegurar la notoriedad.

Esta es su más destacada confabulación: su autoproclamación como “Presidente del Gobierno de Guinea Ecuatorial en el Exilio” desde el exilio, sin ninguna legitimidad electoral, ni siquiera ficticia.

Para su conocimiento, para constituirse en Gobierno en el exilio, son imprescindibles dos requisitos: en primer lugar, haber sido elegido democráticamente y haber tenido que abandonar su país por un acto inconstitucional, como un golpe de Estado; en segundo lugar, debe gozar del reconocimiento formal del Gobierno del Estado de residencia, en este caso, de España; reconocimiento que es efectivo si solo ese Gobierno rompe sus relaciones con el Gobierno de Malabo. Y es que, habida cuenta de que en las relaciones internacionales no existe la práctica de que un Gobierno extranjero reconozca simultáneamente a dos Gobiernos de un mismo Estado, resulta, pues, que el reconocimiento de uno de ellos comporta la no aceptación del otro.

Es decir, que España no puede reconocer al mismo tiempo al Gobierno de Obiang y al de Severo. Y, en efecto, dado que solo asiente al primero –porque el establecimiento o mantenimiento de relaciones diplomáticas significa reconocimiento de gobiernos–, España debería aclarar también la situación jurídica del “Gobierno en el Exilio” de Severo en su territorio. Esta indiferencia de no aceptarle de manera formal pero dejándole libertad de actuación, es muy sospechosa. O el mismo Severo tendría que darse cuenta de que le mantienen siempre en un engaño como marioneta en la reserva, a ser utilizada en el supuesto caso de que diera oportunidad para ello, como en la intentona mercenaria de 2004.

Por otra parte, al carecer de territorio propio, el Gobierno en el exilio necesita dicho reconocimiento para actuar como tal en el plano internacional, estableciendo relaciones diplomáticas o ingresando en Organizaciones Internacionales. Por esto, en vez de seguir confiando la gobernación de Guinea Ecuatorial en la magnanimidad del Partido Popular español, Severo Moto debería solicitar directa e insistentemente que el Gobierno español le reconozca como el Presidente legítimo, y así rompe sus relaciones con el Gobierno del interior y nos ahorramos lecturas de tantas fábulas.

En fin, esta es la primera gran mentira de Severo, por la que se considera superior a cualquier otro disidente político. A ella se siguen otras, también importantes, como la atribución a su partido de la victoria electoral en las municipales de 1995, cuando fue la Plataforma de la Oposición Conjunta (POC), de la que formaba parte dicho partido, la que las ganó. Esto es falsificar la Historia.

Recientemente sostuvo que era indemostrable la existencia en el PPGE de una sola señal de fraccionamiento, cuando ya constaba por escrito desde 2012 la creación de la Comisión Ejecutiva Provisional del PPGE, liderada por el Escritor D. Donato.

En el marco de la convocatoria de la Mesa de Diálogo Político Nacional, Severo anunció su retorno a Guinea Ecuatorial para el 12 de octubre de 2014, al mismo tiempo que negaba que fuera a participar en ella, mientras la Candidatura Independiente desvelaba altos contactos secretos entre el Gobierno de Malabo y el mismo Severo, que consistirían en ofrecerle alto cargo y dinero a cambio de aceptar la sucesión en la Presidencia de la República en favor de Teodorín. De hecho, Severo insistía en que esa proclamación iba a producirse el 12 de octubre, Día de la Independencia Nacional, en la ciudad de Ebibeyín.

Finalmente, Severo no viajó a Malabo, ni hubo la referida proclamación el 12 de octubre de 2014, pero sí contactos entre el Gobierno de Malabo, a través de su Embajador en Madrid (es incorrecto decir la Embajadora, aun siendo mujer,) y él hasta altas horas de la madrugada, según informa la Candidatura Independiente de Guinea Ecuatorial. O sea, no se ha producido nada de lo que Severo ha afirmado sobre este tema –su viaje a Malabo y entronización de Teodorín el 12 de octubre de 2014–. En cambio, sí lo que siempre ha negado, contactos con el Gobierno de Guinea Ecuatorial.

Y, a propósito de la Candidatura Independiente, con la que compartimos muy pocos puntos de vista en asuntos políticos, hemos de dejar constancia sinceramente de que muchas de sus decisiones, exigencias y actuaciones con relación a su participación en la Mesa de Diálogo Político Nacional, informando puntualmente de ellas al Pueblo, nos han parecido serias, transparentes y útiles a esos mismos efectos.

En estos momentos en que se prevé cierta intensidad en la actividad política en Guinea Ecuatorial, Severo se ha aliado con la CORED-Emily para no pasar desapercibido, arañar alguna fama de supuesto luchador por la democracia en Guinea Ecuatorial, y luego llenarnos los oídos con más fábulas.

Para terminar, con respecto a los detractores de la vía del diálogo con el Régimen bajo ninguna circunstancia, cabe preguntarse en qué medida resulta creíble que, civiles que dicen no tener ningún tipo de apoyo ni plan armado, exigen por carta y a miles de kilómetros, la dimisión de un Régimen instalado alrededor del Océano Atlántico bajo el que hay bastantes pozos de petróleo y gas en explotación; rodeado de mucha madera de calidad y otros recursos naturales que ni siquiera han empezado a ser explotados, y con excelentes relaciones con Occidente precisamente por estos. Simplemente que no es creíble.

El Observador

1 Comment

  1. .El que siempre escribe con el seudónimo de » OBSERVADOR» La verdad es que leyendo su trabajo te das cuenta que observa, pero tambien se saca a la luz ciertos rasgos de «IMPOSTOR»

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