El director general de Gepetrol, Antonio Oburu Ondo, quien podría enfrentarse en las próximas fechas a un histórico y duro proceso judicial en una de las jurisdicciones más importantes de Europa, se ha atrevido a hacer el movimiento perfecto, un jaque mate en toda regla contra el poderío del Clan de Mongomo, el que viene controlando los puntos estratégicos de la petrolera estatal: ha desahuciado a la poca legión de empleados ecuatoguineanos que quedaban en la capital inglesa nombrados por el anterior director general, Cándido Nsue Okomo. Como si se tratase de una jugada maestra de ajedrez, Oburu Ondo consuma su reivindicación a los ataques y humillaciones de la cúpula gubernamental en tan sólo dos jugadas, las que le llevarían a la absoluta cima de la petrolera estatal del tercer productor de crudo de África.
Gepetrol se funda en 2001 de la mano del ex ministro de hidrocarburos y minas, Cristóbal Mañana Ela (Q.E.D), con un capital social de 6.300.000.000 Fcfa, iniciándose las actividades de la petrolera a mediados del 2002 con la apertura de una oficina de ventas en Londres, Inglaterra, bajo la dirección de Alfredo Musa, la que sería utilizada para atraer negocios e inversiones hacia Guinea Ecuatorial, al margen de la presencia de la legación diplomática en la capital inglesa. La corporación ha tenido cuatro directores generales: Domingo Mba Esono; Atanasio Ela Ntugu; Cándido Nsue Okomo y Antonio Oburu Ondo. Este último, oriundo de Nsok Nsomo, distrito de Kie-Ntem, llegaría a la petrolera estatal por recomendación de su profesor, Cristóbal Mañana Ela, quien le presentó a su vez al dictador Teodoro Obiang Nguema y le propuso además en el cargo de asistente adjunto de José Luis Alfaro Musa (Q.E.D.), entonces director de Marketing y Ventas de Gepetrol en la Oficina de Ventas en Londres. Cuando fallece Alfaro Musa, el alumno de Cristóbal Mañana habría de ocupar su puesto hasta la actualidad.
A partir de ese entonces -en una situación de mayor poder en la toma de decisiones- Oburu Ondo se rodeó de diversas entidades, desarrollando lazos más estrechos con aquellas personas que le permitieron alimentar sus diversos proyectos de enriquecimiento ilícito, extranjeros de diversas nacionalidades que a lo largo del tiempo y por la capacidad de manipulación de Oburu, fueron adiestrados para gestionar todas sus actividades empresariales sin el conocimiento del Gobierno, el Parlamento, del Consejo de Administración ni de la cúpula directiva de Gepetrol. Estas personas clave, sobre todo ghaneses y nigerianos, contribuyeron con el hombre ancla de la Empresa Nacional de Petróleos de Guinea Ecuatorial en la construcción de una de las mayores estructuras financieras opacas de Guinea Ecuatorial -de hecho, mucho antes que Gabriel Mbega Obiang Lima consolidara sus operaciones-, para blanquear las millonarias comisiones cobradas por cada venta de crudo, como ha podido demostrar este periódico.
Durante estos últimos años, el círculo de Oburu le ha venido exigiendo mayor presencia en los puntos estratégicos de la petrolera estatal, para hacerse cargo de forma más integral de las responsabilidades de su cargo. Dentro de este equipo, se encuentra el nigeriano Michael Orji Ugochukwu, un personaje clave del que no se ha hablado mucho en la actualidad, pero que ostenta una posición importante en el organigrama delictivo de Antonio Oburu. Desde 2015, según información disponible en su cuenta de Linkedin, Ugochukwu ha venido asesorando extraoficialmente al director de Gepetrol, siendo a partir de ese mismo año cuando Antonio Oburu obtiene el control por decreto presidencial de la empresa de petróleos, tras haber orquestado la destitución ipso facto de Cándido Nsue Okomo. Tras lo anterior, Antonio Oburu transfiere a Ugochukwu la competencia exclusiva de gestionar las ventas de crudo del Estado desde su residencia oficial en Londres, extendiendo éste sus capacidades más allá de Inglaterra, contemplando así potencialmente además las jurisdicciones donde operan las empresas mixtas, filiales o paralelas de Gepetrol, en zonas como Dubai, Singapur, Bahamas, Belice, etc. Es tal la relevancia de Ugochukwu, que continuaremos ahondando sobre sus operaciones en próximos artículos.
En efecto, para operar eficazmente sin la intervención de agentes ecuatoguineanos, es el mismo Orji Ugochukwu quien propone a Oburu Ondo la destitución y cierre inmediato de la oficina de ventas de Gepetrol en Londres, lo cual sería una impactante sorpresa para los empleados ecuatoguineanos, quienes se vieron profundamente afectados por esta drástica y destructiva decisión, establecida desde la resolución nº 11237 –resolucion oficina londres-, con fecha 11 de julio del año en curso.
«Desde hace años» -haciendo alusión al año 2015-, afirma Oburu, «la actividad de ventas se trasladó a Malabo, tras conseguirse la correspondiente transferencia de conocimientos en dicha materia y dejó de aportar [esta oficina] una utilidad a Gepetrol». A diferencia de los anteriores directores generales, Antonio Oburu Ondo se negó a traspasar el cargo de Jefe de Ventas de Crudo -el cual mantiene desde 2002-, a cualquier otro empleado ecuatoguineano, manteniendo así en la reserva un modus operandi que se ha alejado por completo de los estándares deontológicos propios de su cargo. Es así, que cuando Oburu fue nombrado director general en 2015, como especifica su misiva, mantuvo para sí la dirección de ventas.
El Director de la compañía petrolera defiende su unilateral decisión de cerrar la oficina en la capital inglesa, jamás sometida al Consejo de Administración de Gepetrol, amparándose en el hecho de que “el reino unido ha venido experimentando una coyuntura económica desfavorable, culminada por el Brexit, lo cual ha supuesto una masiva mudanza de las empresas” -añadiendo que-, “la empresa ya no posee un interés estratégico para seguir manteniendo dicha oficina, unido al hecho de que ya se cuenta además con una embajada y que los costes de mantenerla no compensan”.
¿Ante las declaraciones aquí exhibidas, cómo se explica que el 11 de julio de 2019, Oburu tome la decisión de cerrar la oficina de ventas de Gepetrol en Inglaterra, argumentando una falta de presupuesto para pagar las nóminas de los empleados y que la legación diplomática podría realizar las mismas funciones, siendo que semanas antes de comunicar el cierre definitivo, el mismo Antonio Oburu nombra oficialmente al nigeriano Orji Ugochukwu en la supuesta oficina ya cerrada en la capital inglesa, como «Desarrollador de Consejos, estrategias y grupos de negocios de Gepetrol en Londres»?
Los ciudadanos ecuatoguineanos merecen una mayor claridad respecto a cómo se comercian los recursos naturales del país, como también protección y respeto para sus puestos de trabajo, que no debiesen verse arbitrariamente interrumpidos por decisiones directivas que apuntan únicamente a intereses de enriquecimiento personal por sobre la sustentabilidad del núcleo corporativo de la nación. Y es que, mientras desde la cúpula del gobierno se defiende el progreso para los guineanos con un tono burdo e inverosímil de nacionalismo, empresas como la aerolínea Ceiba despiden a sus empleados sin un contexto de transparencia. Es así, que las posibilidades de progreso del pueblo de Guinea Ecuatorial sufren las consecuencias de estar supeditadas a las guerras internas de las entidades que controlan los poderes fácticos y los recursos del Estado, en forma exclusiva y totalitaria, cerrando toda oportunidad a las personas de un crecimiento basado en el mérito. Nuestra labor como diario, sigue siendo por esto el descubrir a cada uno de los operadores que siempre en la sombra y alejados de la premura de la contingencia explotan con precisión y agudeza aquello que debiese representar un beneficio para todo nuestro país.