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El gobierno de Guinea Ecuatorial ha ordenado una auditoría urgente en la oficina de la compañía aérea en Madrid
El pasado 20 de mayo del 2018, Diario Rombe reveló que Ruslan Obiang Nsue firmó un contrato secreto el 6 de noviembre del 2017 con la empresa española Summerwind Cargo S.L. Ante la repercusión de esta información, el régimen de Malabo ha ordenado a la oficina de Ceiba en Madrid la realización de una auditoría urgente en la que se estudie en profundidad la gestión del director general adjunto primero encargado de Asuntos comerciales, Producción y Planificación de Recursos Humanos.
En los próximos días, el gobierno de Guinea Ecuatorial enviará a tres funcionarios que se encargarán de descubrir los acuerdos que han generado tantas pérdidas a la compañía aérea nacional. Para realizar la auditoría, exigirán varios documentos entre ellos el contrato oficial que el hijo del dictador ocultó al director general, Lucas Abaga y al consejo de administración de Ceiba, que preside Marcelino Owono Edu.
Debido a la publicación del contrato por parte de este periódico, se ha producido un cruce de acusaciones entre las dos oficinas centrales de Ceiba. La sede de Madrid y la de Malabo están enfrentadas porque creen que una de las dos fue la culpable de la filtración. Al parecer, Ruslan Obiang Nsue tiene en el punto de mira a dos trabajadores que supuestamente habrían filtrado la documentación. Sin embargo, estas acusaciones serían infundadas, pues según nos comentan fuentes cercanas, el hijo del dictador “está buscando una cabeza de turco para que el presidente del Gobierno pueda perdonarle y seguir en el puesto”.
Ruslan Obiang Nsue tiene a dos sospechosos en cada oficina de Ceiba. En Malabo cree que un abogado o abogada podría haberle sustraído unos documentos confidenciales. Mientras que, en Madrid, Ruslan desconfía de Miguel Ondo, sobrino de la embajadora de Guinea Ecuatorial en España. Aunque Ondo fue uno de los que influyeron en el nombramiento de Obiang Nsue algunas personas cercanas al hijo del dictador alegan que podría haberle traicionado filtrando los documentos, al no haber sido premiado con el puesto que quería en la compañía.
En vez de reconocer los errores cometidos e intentar subsanarlos en beneficio de Ceiba y del país dando una explicación ante los medios de comunicación afines al Gobierno, Ruslan Obiang opta por perseguir a víctimas inocentes para que paguen los platos rotos de su nefasta gestió