Por: Martín Nsue Masa Nfono, Funcionario jubilado del Cuerpo especial de Correos
Desde Londres, donde fui invitado por mi hija Salomé Nfono a pasar unos días con ella para un reposo, me desperté eufórico y radiante por las felicitaciones de mi hija y mi nieta Tania. Lleno de ilusiones, me senté en la cama, sacudí la cabeza y, haciendo una visión retrospectiva de nuestra andadura política, me venían a la memoria recuerdos de tiempos, hechos y dichos como fotografías animadas, que jamás podré olvidar.
En primer lugar, me vino a la memoria el recuerdo del famoso discurso pronunciado por el entonces Gobernador General colonial, Faustino RUIZ GONZÁLEZ, discurso que, con ironía, anunciaba la muerte de D. Enrique NVO OKENVE, diciendo: «A la serpiente que merodeaba por las fronteras le han cortado la cabeza; aquellos que se han creído valientes ahora están todos en las celdas, llorando como mujercitas. Y no solo eso, si no que, sobre todo, en el país hay unas enormes tijeras que, a todo aquel que intenta levantar la cabeza, se la corta; porque cuando España pisa, ha de pisar hasta pisar.»
Este discurso del Gobernador colono pronunciado en Ebebiyin, en agosto de 1959, dio lugar al exiliado masivo de guineanos al exterior.
A continuación, me vino a la memoria la famosa reunión clandestina de la «Conjura popular» celebrada en el verano de 1962, en una plantación de cacao por los bosques de Eson-Esamongon. Acto protagonizado por tres activistas puntales procedentes de los exiliados en Camerún, en el que asistieron varios representantes procedentes de casi todos los poblados del distrito.
Así mismo, me vino el recuerdo de mis contactos con los núcleos activistas de Mongomo, Mikomiseng, Niefang, Bata y Santa Isabel(Malabo), tras serme encomendado por D. Cosme Nsue Ondo, quien entonces lideraba el grupo de activistas de Ebebiyin, para poder coordinar las actividades políticas entre los distritos; contactos que se desarrollaron exitosamente de la forma siguiente: en Mongomo, donde permanecí 4 días, y nos reuníamos por las noches: Juan Mañe Ondo, Francisco Macías Nguema, Melchor Obama Mba, Lorenzo Mba Ndong, y Joaquín Elema; este último, actuaba de secretario de actas.
En Mikomiseng, con el Rvdo. Padre Alberto Ndong; en Niefang, con el viejo maestro Señor Rondo; en Bata, con el Señor Cuba; y, en Santa Isabel (Malabo), donde pernocté nueve días, nos reuníamos Abilio Balboa, Señor Roku, Francisco Dugan, José Angüe, Francisco Salomé Jones, Julio Bonoko, Esteban Nsue Ngomo, etc. Contactos realizados a finales de abril y comienzos de Mayo de 1963.
Los recuerdos me sitúan, por último, en la gloriosa fecha del 12 de Octubre de 1968, día de la transferencia de poderes. En esta fecha, coincidió que estuviese destinado en Mongomo, en la vacancia producida por el disfrute de la licencia reglamentaria del que fue mi compañero Alerto Ndong Ayang.
En dicho día, durante los actos de la arriada de la bandera española y la izada de la de Guinea Ecuatorial, acompañado del himno nacional por primera vez en la historia, me encontraba situado junto a un tal Francisco Ochoa, Cabo de la Fuerza colonial quien, una vez que nuestra bandera estuvo ondeando en lo alto del mástil, descaradamente me preguntó: «Martín, ¿cuánto tiempo crees que esta bandera seguirá ahí arriba?» Con toda la altivez de que fui capaz, le respondí: «ETERNAMENTE».
Hoy, cuando celebramos el 44 aniversario de nuestra vida independiente y nos hallamos cuesta arriba, subiendo el cuarto peldaño de la quinta década camino hacia medio siglo, considero que mi respuesta al señor Ochoa estuvo fundada en una realidad tangible.
Mi afirmación del carácter tangible de la eternidad de nuestra bandera ondeando en lo alto del mástil, a los cuatro vientos, la he experimentado durante el acto de la recepción ofrecida por la Excelentísima Señora embajadora de Guinea Ecuatorial acreditada en el Reino Unido e Irlanda del Norte, con ocasión del 44 Aniversario de nuestra Independencia Nacional. La concurrencia masiva de la colonia ecuatoguineana lucida de gala en un ambiente sobrio, patriótico, y familiar, el postulado discurso pronunciado por la Excelentísima Señora embajadora en la ceremonia que, a mi juicio, pretendía defender nuestra identidad, actitud que caracterizó todo el acto.
En mis recuerdos, de los 44 actos de la celebración de las fiestas conmemorativas del 12 de octubre, de manera muy especial, me quedan dos grabadas en mis recuerdos: el 12 de octubre de 1968, fecha de la accesión a la Independencia Nacional, y el 12 de octubre de 2012 que, por designios providenciales, me ha tocado pasar en Londres, abrigado por el calor humano de la comunidad ecuatoguineana por esas latitudes, la mayoría jóvenes estudiantes, cantera que, a través de las generaciones han de mantener a nuestra insigne bandera en lo alto del mástil hasta la eternidad.
Fuente: La Gaceta de Guinea Ecuatorial
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HASTA LA ETERNIDAD
Y caminando pisando la senda.
Tiene razón: hasta la eternidad nuestro cuatri-color.