Los ciudadanos de uno de los barrios más pobre de la Capital de Guinea Ecuatorial, Campo Yaounde, llevan más de dos semanas sin agua en los grifos públicos que no son más que monumentos de baldosas y trozos de hierro construidos por la alcaldesa de Malabo, Maria Coloma Edjang Bengono.
En esas dos semanas de escasez de agua potable en Campo Yaounde, la alcaldesa de Malabo, no se ha asomado para buscar soluciones, provocando que muchos menores de edad abandonen sus hogares y salir a las calles en busca de cualquier fuente, potable o no.
Las madres y los padres deben ir a trabajar para ganarse la vida, pues son los niños los que se encargan de la tarea de buscar agua. Para eso, hay que levantarse a las 5 de la mañana y estar ahí hasta que llegue tu turno, muchos de estos niños llegan tarde al colegio o simplemente faltan, porque deben elegir entre perder el puesto en la cola del grifo o irse a clase y dejar la casa sin una gota de agua. No se puede vivir sin agua.
Los niños cruzan la Avenida Hassan II de Malabo, para ir en busca de agua en el Campamento militar Acacio Mañé Ela, que se encuentra al otro lado de la carretera, al frente de Campo Yaunde; en este campamento hay viviendas construidas por el Estado, y las ocupan militares con sus familias de forma gratuita, tienen luz, agua, armas y dinero y tienen la costumbre de cruzar la carretera, meterse en Campo Yaunde y sacar dinero por intimidación a los comerciantes extranjeros.
Esta es una imagen de esta mañana, los vecinos de Campo Yaunde aprovechan las lluvias para recoger el agua que cae de los techos de sus casas, todos sabemos que este agua no es potable, aun así, la tienen que utilizar porque no hay otra alternativa, después vendrán las enfermedades.
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Es una vergüenza que después de 50 años de independencia, sigamos viviendo peor que los animales.