Fuentes próximas al Comité Técnico de Respuesta y Vigilancia del Coronavirus en la Región Continental, denuncian las condiciones insalubres que tienen que soportar muchos de los pacientes de COVID-19 que permanecen encerrados más de dos semanas en las habitaciones de hoteles bajo llave.
La mayoría de los residentes de aquellas habitaciones individuales llevan días sin recibir atención médica, no han tenido la posibilidad ni de una sola visita de un doctor, siendo abandonados a su propia suerte. La reclusión permanente de estos ciudadanos -advierte un miembro del Comité que ha pedido mantener su anonimato- “puede provocar el riesgo de suicidios”.
Desde los inicios del COVID-19 en Guinea Ecuatorial, se han multiplicado los casos de ciudadanos que han huido de los hoteles habilitados para pacientes con esta enfermedad. En la Región Continental, donde la situación es cada vez peor en comparación con la capital, “ los pacientes empiezan a padecer trastornos de pánico”, denuncia un miembro del Comité Técnico, advirtiendo que se “pueden provocar consecuencias catastróficas irreparables”.
Las personas son encerradas en habitaciones de 2 x 3 metros cuadrados, en las que sólo algunos de los ciudadanos aislados cuentan con baños a su disposición, mientras que otros tienen que solicitar por este servicio, con la espectativa de que un empleado del hotel escuche y tenga la valentía de acudir. “Es desagradable lo que padecen en esos hoteles”, lamenta la fuente próxima al Comité Técnico.
Se duerme en sábanas sucias que no han sido cambiadas desde que comenzó este plan de hoteles habilitados para los contagiados de COVID-19 en Bata, y por esta falta de atención básica, es que algunos empiezan a tener irritaciones en la piel. “Es totalmente insoportable lo que sufren”, denuncia el sanitario, quien explica de igual forma la odisea que significa la limpieza de esas habitaciones.
Todos los días las autoridades sanitarias del régimen de Malabo, invitan a los ciudadanos a tomar medidas necesarias de higiene para evitar el contagio, pero las habitaciones de los pacientes están en muy malas condiciones de salubridad. Cuando un personal de limpieza accede a uno de esos cuartos -los que permanecen cerrados y únicamente se abren desde el exterior- lo único que hace, es “pasar la fregona rápidamente sin ningún producto desinfectante, dejando la habitación con malos olores que provoca en muchos pacientes vómitos”, considerando además que los baños están totalmente sucios y en muchas ocasiones no tienen agua.
Y ahora, como si ya fuera poco, les repiten el menú de lunes a domingo. El desayuno y la comida es siempre el mismo durante toda la semana. No hay variedad. Un día desayunan leche con pan a las 12:30, el día siguiente a las 11:30 lo mismo, y así sucesivamente. Por la tarde, les dan un plato de arroz con un trozo de pollo y un caso de agua, tal como se puede observar en las imágenes que nos han enviado desde el Comité Técnico.
La mayor preocupación de esos pacientes declarados en cuarentena por COVID-19, es el desconocimiento del estado de salud de sus familias, con las que estuvieron en contacto evidentemente antes de ser confinados. El Comité prometió testear a las redes familiares y de conocidos de los infectados, pero, como era de esperar, se comunicó finalmente que no podrán realizar estas pruebas por el agotamiento de los materiales de recogida de muestras. Los miembros del Comité Técnico han pedido extraoficialmente la urgente intervención de la Organización Mundial de la Salud para que intercedan por los ciudadanos confinados en los hoteles.