Reflexión frente a un nuevo caso de linchamiento por un supuesto robo de alimentos

Reflexión frente a un nuevo caso de linchamiento por un supuesto robo de alimentos

Reflexión frente a un nuevo caso de linchamiento por un supuesto robo de alimentosUn nuevo ajusticiamiento ciudadano sucedió ayer en torno a las 14 horas en el barrio Semu, de Malabo, donde un hombre que, según testigos presenciales, se encontraría robando alimentos, fue desnudado y violentamente golpeado, mientras desde la multitud se incitaba a su asesinato que presenció un corresponsal de Diario Rombe. “Podemos matar a ese delincuente y no pasará nada, porque el Presidente autorizó matar a los ladrones públicamente”, fue la arenga que intentaba validar la consecución de una venganza propugnada desde la cúpula de Gobierno.

“No tengo trabajo, llevo tres días sin comer y no sé cómo sobrevivir ahora mismo en Guinea Ecuatorial, por eso he entrado a robar comida”, intentó argumentar la persona violentada, añadiendo que “llevo mucho tiempo buscando trabajo. No nací ladrón, son las circunstancias.”

Muchas veces ante la opinión pública este tipo de noticias suscitan opiniones contrastantes, que van desde una postura más inclinada a la comprensión social y otras hacia una idea más draconiana de la justicia. Todo aquello abre una vía u otra para entender lo que está sucediendo detrás del aumento de estos hechos.Reflexión frente a un nuevo caso de linchamiento por un supuesto robo de alimentos

El poder ciudadano necesita instancias para corroborar su existencia, su soberanía, pero lamentablemente cuando no existen los recursos para poder enfrentar a un poder -en este caso una Dictadura que gasta en sí misma todos los recursos del Estado, limitando las libertades de los guineanos hasta situaciones de miseria- actuar con claridad se hace sumamente difícil.

No se trata de obviar los límites entre el bien y el mal. Se trata del hambre, de la elemental necesidad de alimentarse, presente en cada uno de nosotros, aunque no lo queramos. Y es eso lo que nos está impulsando a la necesidad de asesinar, quitarle la vida a otro para no ser quien se deba enfrentar a sus vecinos, ahora convertidos en verdugos.

Miramos hacia el Régimen y pensamos, realmente, cuándo acabará esto. Cuántas décadas más tendrán que pasar para poder elegir a nuestro Presidente y luego, inmediatamente, vemos lo poco que tenemos a nuestro haber y en cómo habremos de defenderlo. La justicia a través de la muerte se vuelve entonces una idea hasta plausible, acorde a una realidad imposible de transformar.

Podemos hablar de este nuevo hecho en Semu, como de otras decenas más de casos que hemos conocido, sabiendo que existen probablemente muchos otros horrendos sucesos de los que no hemos logrado tomar conocimiento, pero junto al relato de la crónica roja, apuntamos también a tus palabras Obiang, a tu sonrisa al momento de hablar con ligereza de cortar el tendón a los delincuentes, de diferentes ONG como la chilena CEDEPU, que niega la existencia de presos en las cárceles de Guinea Ecuatorial y hablan del supuesto progreso impulsado por su Presidente; de toda la falta de voluntad que existe para siquiera mencionar a Guinea Ecuatorial en un medio de comunicación, salvo en algunas ocasiones algo más de 40 segundos para decir brevemente que se trata de una dictadura, pero sin jamás preguntarse cómo es que nadie presta la ayuda necesaria para terminar con 4 décadas de hambruna y sangre derramada.

Nos negamos al simple relato de la crónica roja, sin enfrentar aquellos agentes que están dañando nuestra cultura, nos negamos al morbo de la violencia en los barrios, alimento ideológico de la Dictadura.

1 Comment

  1. Estamos viviendo la realidad, Obiang 38 anos en el poder, Guinea Ecuatorial 3er productor de petroleo en Africa subsahariana con un million de habitantes , la gente pasando hambre… donde esta el dinero que pertenece a los Guineanos??? Que ha hecho Obiang en 38 anos para los Guineanos?? Que el Senor Todo Poderoso sea la Gloria para Guinea Ecuatorial.

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