Retrospectiva sobre Carlota Obiang Eyang, la hija no reconocida del Dictador de Guinea Ecuatorial

Recientemente, Carloya Eyang Obiang, la presunta hija no reconocida de Teodoro Obiang Nguema, ha sido querellada en un determinado país europeo por apropiación indebida, entre otros delitos. De prosperar la anterior acusación ante un Tribunal Penal, Eyang Obiang se podría enfrentar a varias penas, información corroborada por Diario Rombe y a la posible prohibición de entrada en territorio europeo..

Podemos notar en la anterior situación un patrón conductual delictual en cuanto a vínculos familiares, que como ciudadanos condenamos por representar una nueva escisión moral en cuanto a la imagen que tenemos de quienes gobiernan nuestro país -casi, como si se tratase de toda una estirpe maldita-, sin embargo, agudizando nuestra capacidad de observación, logramos entrever en la frustración del rechazo familiar, un intento alienado de alcanzar cierto grado de justicia social.

Debemos recordar así que Carlota Eyang Obiang, es hija de una vendedora de helados de Móstoles, una villa en la provincia de Madrid, España -un trabajo respetable- y sobre todo más digno si se le compara con los métodos de la cúpula gubernamental para obtener el capital que ostentan, pero que no satisface las expectativas financieras de Carlota Eyang, la que tras ser supuestamente reconocida por el Dictador como su legítima hija de manera no judicial, debiese haber ocupado, según ella, un puesto dentro de la herencia mal adquirida de su padre.

Ante esto nos preguntamos, ¿quién es realmente Carlota Eyang Obiang?, en un sentido más profundo, de que si comparte o no un vínculo sanguíneo con uno de los peores tiranos en la orbe. La respuesta es simple: es aquello que a muchos guineanos ciega y frena a la hora de trabajar por obtener la democracia en nuestro país.

Tristemente podemos ver a compatriotas, -en un intrincado giro afectivo, social e intelectual-, defender las actitudes tiránicas y avallasadoras de los líderes de nuestro Gobierno, esto, en una forma mal entendida de alcanzar la liberación. Y es que, cuando son décadas de violencia las que enfrentas, tu lenguaje también enferma y con esto por ende tu manera de comprender la realidad, incluyendo aquel dañado concepto que tenemos sobre la patria y el respeto de las libertades individuales.

Por otra parte, Constancia Mangue Nsue, en su acérrima batalla por impedir que el caudal económico de su esposo se disperse entre más beneficiarios, ha creado una serie de dificultades a Carlota Eyang para que ésta no se convierta en una oficial heredera de los recursos robados al Estado de Guinea Ecuatorial, generándose así una batalla mediática de insultos y denostaciones entre ambas partes, en un conflicto que para efectos de intereses realmente constructivos para el país, no tiene sentido alguno.

Recordamos así aquella palabra con que a los jóvenes de nuestro país obligan a llamar a Teodoro Obiang -aun en plena consciencia de los crímenes de lesa humanidad que se le atribuyen a éste-, “Padre”, que en todo este patético conflicto de intentar en forma desesperada de apropiarse de lo que se sabe que es producto del robo indiscriminado a la gente de Guinea Ecuatorial y del secuestro de los recursos naturales de la nación, viene a tomar un doble significado: el primero, el de la codicia a toda costa, en un miedo absoluto a una dinámica democrática, y en un sentido más humano, a la vida misma; y el segundo, el más trascendente, el del daño cultural generacional que debemos saber subvertir por nuestra propia libertad y dignidad.

No sería está la primera vez que la supuesta hija de Obiang es procesada en un Tribunal de España, en estos momentos un Juzgado de Madrid se siguen los autos de procesamiento de divorcio entre Fernando García López y Carlota Eyang Obiang, declarada en rebeldía procesal y en ignorado paradero (Descarga notificación judicial).

Continuará…