La juez que investiga a Vladimir Kokorev, su mujer Julia y sus dos hijos por malversación y blanqueo apunta también a un delito de tráfico de armas. La titular del juzgado de instrucción número cinco de Las Palmas acaba de levantar el secreto de sumario de la causa que se sigue contra esta familia de origen ruso, considerada testaferros de la familia del dictador Teodoro Obiang en España.
Los informes policiales incorporados al sumario, al que ha tenido acceso la Cadena SER, revelan que el matrimonio recibió 18 transferencias procedentes de Guinea Ecuatorial por importe de 27,5 millones de dólares en una cuenta abierta en Las Palmas a nombre de la empresa Kolunga en la que ellos estaban autorizados. La juez sostiene que Kolunga es una empresa “total o parcialmente” propiedad de Teodoro Obiang. Según los documentos, una parte de ese dinero se transfirió a una empresa vinculada al Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia dedicada a “la venta al extranjero de bienes militares”. Y otra parte, según los agentes, fue a parar “a la compañía estatal ucraniana dedicada a la exportación de armas”. De hecho, en los registros policiales se encontraron contratos de compraventa de armas en Ucrania por valor de 12 millones de dólares.
La policía judicial subraya en los informes que remite a la juez que investiga el caso que se han detectado “transferencias patrimoniales del estado de Guinea Ecuatorial a fondos de una empresa particular, ‘Kalunga’, sin contraprestación presunta o manifiesta y, parte de esos fondos se distraerían, de forma harto sospechosa a empresas de fabricación de armas nacionales de la Federación Rusa y Ucrania, países de los que serían nacionales Vladimir Kokorev y su mujer”.
Vladimir Kokorev, su esposa Julia y su hijo Igor fueron detenidos en septiembre de 2016 en Panamá, país al que huyeron al verse acorralados por la Justicia española, tras una larga investigación del Juzgado de Instrucción número cinco de Las Palmas por los presuntos delitos fiscal y de blanqueo de capitales. Los tres permanecen en prisión y Vladimir, otro de sus hijos, de 38 años, continua escondido y en búsqueda y captura por los mismos hechos.
Fuente : Cadena Ser/Canarias